viernes, 21 de agosto de 2009

Unidad de las Izquierdas: Posibilidad de Continuar en el Gobierno

Lo más común al hablar de la izquierda es que en principio hay que hablar de "izquierdas". El problema que esto genera es la dispersión en las posiciones y objetivos políticos, lo que en consecuencia termina en la debilidad en conjunto del movimiento.

¿Es válido hablar de izquierdas? si, encuanto cada quién tiene una posición, un pensamiento o idología, distinto en mayor o menor grado de los demás. El objetivo aqui no es listarlas, pero si lo es el plantear la necesidad de la unidad de las mismas, sobre todo en estos momentos históricos, cuando se ha alcanzado la alternancia política en el Poder Ejecutivo de nuestro país, que si bien no es todo lo revolucionario que algunos quisieramos, también hay que poner los pies en la tierra y tener claro que la lucha contra los obstáculos que enfrenta este primer gobierno de alternancia no son fáciles, y el apoyo que necesita de todos nosotros, para convertirse en alternativa, es más que necesario en estos momentos.

El camino para la unidad debe partir de la determinación de la propia identidad.

Debemos comenzar por delimitar a la izquierda a aun punto común, propongo este: Negar que el capitalismo en cualquiera de sus formas sea la opción que permita el desarrollo de la humanidad, por tanto, es o será de izquierda aquel que no crea en el capitalismo.

Definido esto lo segundo es plantearnos objetivos claros y concisos:
  1. Estado político regido por el sistema de la Democracia Participativa.
  2. Estado que participa en la actividad y regulación de la economía para: 1) Garantizar la correcta distribución de la riqueza y 2) Crear y mantener políticas de protección, conservación y sustentabilidad de los recursos naturales.
  3. Educación con equidad de género, promotora de valores éticos universales y de altos niveles de exigencia académica.
  4. Respeto a la diversidad cultural en todas sus formas y expresiones.
  5. Construcción de una sociedad solidaria, respetuosa, generosa, responsable y pacífica.
  6. Desarrollo de una alta actividad cultural, académica y técnico-científica.
  7. Búsqueda de la integración centroamerica, latinoamericana y mundial.
  8. Priorizar a la humanidad por sobre el capital y no al contrario.
  9. Priorizar el derecho colectivo por sobre el individual.
  10. Mantener una constante autoevaluación y autocrítica para dar paso al movimiento, permitiendo la flexibilidad, ajuste o cambio de las diversas políticas y/o métodos que se utilicen.

Estas ideas son para motivar la discusión al rededor del camino que como país debemos tomar. La posibilidad de desarrollo social y económico inicia por saber donde estamos parados y de donde es que venimos; tenemos la oportunidad de corregir los errores del pasado, pero también tenemos la obligación de luchar contra los obstáculos que tenemos frente a nosotros.

Las expectativas que se generaron al lograr la alternancia en el Órgano Ejecutivo son muy grandes, tanto que difícilmente podrán ser cumplidas en este primer gobierno.

¿Qué hacer entonces desde las distintas posiciones de Izquierda? Debemos tomar 2 caminos, el primero es que independientemente de todo, hay que lograr visibilizar las políticas que aplica el gobierno y que están dando resultados positivos, y al mismo tiempo visibilizar el boicot que está sufriendo por parte de la derecha corrupta y recalcitrante del país.

En segundo lugar no debemos dejar de ser exigentes con la reivindicación de las necesidades de los y las más pobres, es necesario empujar hasta donde sea posible por lograr que los cambios se dén, de una u otra forma, pero al mismo tiempo tenemos que tener la sabiduría, la tolerancia y la paciencia para comprender que en algún punto tenemos que ser flexibles y saber que los cambios que requiere el país no se lograrán en estos primeros 5 años, es un proceso a largo plazo y debemos tener como meta primordial mantenernos en el gobierno, habrá que hacer todavía muchos sacrificios, pero debemos seguir adelante.

Tengamos siempre en mente que estamos luchando contra la estructura del crimen organizado que construyo ARENA, contra el narco-estado que dejó incrustado en las diversas instituciones del estado; contra el imperialismo de los Estados Unidos que trata de mantenerse a flote a costa de la libertad y el derecho a la autodeterminación de los pueblos.

El objetivo último ahora debe ser enfocarnos en que no podemos perder las siguientes elecciones, debemos luchar por ir construyendo la base social que permita dar el paso hacia la Democracia Participativa, para eso el poder popular, el poder de la sociedad organizada debe superar al poder de los partidos políticos.

Seamos visionarios/as pero sobretodo astutos/as, la crisis social es la mejor arma con la que cuenta la derecha para retornar al poder, pues la usa para deslegitimar las capacidades y las políticas del nuevo gobierno. Unámonos en una sola voz para desenmascarar a los políticos y luchar contra los capitalistas que sólo quieren conservar sus privilegios, NO PERDAMOS DE VISTA QUIÉN ES EL ENEMIGO AL QUE HAY QUE VENCER.

No le sigamos el juego a la derecha, tenemos la oportunidad de buscar alternativas que protejan los derechos de las y los ciudadanos. Las opciones de movimiento del nuevo gobierno son muy limitadas, no lo arrinconemos más; busquemos salidas que si bien implican un sacrificio ahora, despúes sentarán las bases para la reinvidicación de nuestros derechos, para la búsqueda de justicia y para la construcción de una Nación donde se viva el Estado de Derecho en paz y equidad social.

jueves, 20 de agosto de 2009

Democracia Socialista en El Salvador

El socialismo como sistema político-económico-social en continuo y vigente desarrollo, sigue siendo la opción frente a la desnaturalización (deshumanización) de la humanidad, que ha generado el capitalismo a lo largo de su historia y que nos ha conducido a la actual crisis de valores, desequilibrio en el desarrollo económico, guerras, depredación medio ambiental, crisis alimentaria, y de salud.

En este contexto, frente a la necesidad propia del ser humano por alcanzar el potencial máximo de su naturaleza creadora, es necesario cambiar este sistema que permite, promueve y privilegia la acaparación y concentración de los recursos naturales y la riqueza que se produce gracias al trabajo de hombres y mujeres.

El Capitalismo se forja en contravalores y por su naturaleza intrínsecamente egoísta, busca por todos los medios mantener su poder hegemónico sobre los pueblos, impidiendo de este modo el desarrollo equitativo de los seres humanos; y donde por el contrario, lo que aumenta es la contradicción entre los derechos universales de la humanidad y el estatus de una clase económicamente poderosa y políticamente dominante que considera que su derecho es tener y mantener sus privilegios por sobre los demás.

Bajo este panorama es necesario el desarrollo y aplicación de un sistema político, económico y social que privilegie la justicia, potencie la solidaridad y distribuya equitativamente la riqueza que hombres y mujeres producen al trabajar. Donde además, se persiga el equilibrio entre las necesidades sociales y la disponibilidad de los recursos naturales de la tierra, manteniendo así la sustentabilidad de los mismos.

¿Por qué la Democracia no ha cumplido con las expectativas de desarrollo que implican sus principios teóricos? Porque en la realidad práctica, desde el capitalismo y la Democracia Representativa, el poder lo ejerce un grupo de personas en los que se delega la potestad de decisión, no es el pueblo en su totalidad quien ejerce el poder. Bajo la premisa formal de la Democracia Representativa, se esconde en el discurso ideológico, la concentración del poder en las pocas manos de la oligarquía que no deja espacio para la participación de los y las ciudadanas en la toma de las grandes decisiones de nuestro Estado-Nación.

Ahora, desde el Socialismo, perseguimos la construcción de la Democracia Participativa como medio para que el pueblo ejerza realmente su soberanía, es por eso que planteamos aquí la Democracia Socialista. Que se suma al esfuerzo del Socialismo del Siglo XXI, pero desde la perspectiva, condiciones y necesidades de la realidad del pueblo Salvadoreño. En tal sentido presentamos, para su discusión, 3 ideas básicas cuyo fin es ser un aporte para la construcción del Sistema Socialista Salvadoreño.

Organización Social: Vanguardia de la Lucha Política.

Es necesaria la consolidación de la organización del movimiento popular y la articulación con otros sectores para ir constituyendo al sujeto histórico que pueda incidir en el curso de la historia de nuestro país, e instituya una hegemonía desde los intereses del pueblo en todos los ámbitos de la sociedad. La creación de espacios de amplia participación para el análisis de la realidad, la construcción de pensamiento crítico y prácticas políticas alternativas, serán los medios que fortalezcan al movimiento social.

Es una exigencia histórica profundizar y ampliar la organización en todo el país, en sus diferentes expresiones sociales y territoriales. Promocionar la participación ciudadana, individual y colectiva, en las diferentes estructuras del Estado tanto a nivel nacional como local, para que en el ejercicio de su poder, se construya la Democracia Participativa. Y motivar la movilización social de la población ante situaciones que les aquejan, sean estas sectoriales y/ o territoriales: locales y/o nacionales; articulando las dinámicas micro con las macro.

El enfoque histórico de que sea un partido político la vanguardia del movimiento revolucionario y además sustento teórico de la acción política ya no cabe, esta postura mantiene en su génesis la concentración del poder en unas pocas manos o cabezas que disponen arbitrariamente del criterio de “idoneidad” para filtrar tanto a miembros como a ideas. Criterio que es excluyente y contrario a la visión de respeto a la diversidad e inclusión que busca el socialismo. Es a través de la organización social, articulando las complejas necesidades de los múltiples actores, sobre la base de principios éticos universales, como pueden alcanzarse los consensos necesarios para plantear objetivos y metas de nación que potencien el desarrollo social, económico y cultural de manera equilibrada, justa y solidaria.

Libertad.

La libertad es ante todo, una responsabilidad social, en tanto que acción individual, afecta directamente a los miembros de una comunidad. Ésta se origina a partir de una conciencia, una situación y una condición histórica, social, psicológica y espiritual, que se construye dentro del marco socioeconómico, político y cultural en el que el hombre y la mujer nacen, crecen y se desenvuelven, situaciones que si bien no les determinan, les condicionan en sus relaciones sociales.

No es un derecho de la naturaleza individual del ser humano, lo propio de la naturaleza humana es el libre albedrío, pero la libertad, como acción, es una responsabilidad que se construye o destruye; que existe únicamente dentro de una sociedad.

Ahora bien, la autoconciencia de la situación de encierro, esclavitud, sometimiento, etc. (experiencia que vive el ser humano solo dentro de una sociedad “civilizada”) es la condición necesaria para que, el que está sometido aspire a la libertad, pero para alcanzarla debe tener los medios y saber que herramientas son las que necesita para conquistarla.

Algunos de estos medios y herramientas principian por el fortalecimiento de la familia como institución, el acceso a la educación, al conocimiento, el fomento de la investigación científica y sobre todo privilegiar los valores humanos positivos. Esto es lo que permitirá el desarrollo y construcción de una nueva sociedad verdaderamente libre. Educación, conocimiento e investigación permiten incrementar la capacidad de interpretación, a través de la cual puede alcanzarse la compresión de la realidad para posteriormente lograr su transformación; fomentar los valores humanos positivos guía esa transformación hacia el bien común, el fortalecimiento de la familia promoverá el sentido de pertenencia, solidaridad e identidad, al tiempo que eleva el valor de la autoestima y facilita la integración social.

Es por todo eso que el Estado debe garantizar: la protección de los derechos de la familia, y una educación tanto integral como especializada, que fortalezca y potencie el espíritu de servicio, humildad y generosidad, valores que ennoblecen al ser humano; que permita tanto a hombres como mujeres tener en sus manos las diversas opciones que garanticen el máximo desarrollo posible de sus facultades individuales en aras de alcanzar el mayor grado de libertad posible, entendiéndola, no como la acción individual e individualista (propia del capitalismo) que la considera como el derecho a la acumulación, concentración y acaparamiento de la riqueza material producto del que hacer humano (que se traduce en la explotación del y la pobre), sino por el contrario, concientes de que nuestra libertad tiene ante todo una construcción social, que nos convierte en seres interdependientes y por tanto el bienestar y felicidad del ser humano esta en directa intradependencia y correlación con el bienestar de la comunidad.

No existe la libertad individual sino únicamente dentro de una libertad social. Para que la primera sea un derecho universal, debe ser primero una responsabilidad común a todos los hombres y mujeres, no como es hoy en día para el capitalismo, un privilegio del que dispone una clase económicamente poderosa y políticamente dominante, para la cual la máxima expresión de la libertad es el derecho a comerciar, en lo que el neoliberalismo llama falazmente “libre mercado” (al que impulsó con políticas neoliberales, que a partir de esta crisis económica global han demostrado ser el mayor error del capitalismo). Donde es “más” libre el que más riqueza material tenga, sacrificando para ello la libertad y la riqueza de los demás; porque en el capitalismo la lucha no es social, es individual, es egoísta, utilitarista, mezquina y ruin, donde la postura maquiavelista del “fin justifica los medios” se expresa en toda su dimensión, pues para que unos/as tengan más y puedan disfrutar del privilegio de la libertad, es necesario que otros/as tengan menos para poder explotar sus necesidades y someterlos/as a sus intereses, los intereses del mercado, intereses oligárquicos e imperialistas.

Para crear nuevas condiciones de libertad es necesaria una visión solidaria y comprometida con aquellos que no tienen posibilidades de desarrollo y por lo cual permanecen en un estado de sometimiento, sobre todo frente a la ignorancia de su propia condición.

La libertad no es un derecho individual, ni un privilegio, es una responsabilidad que se construye en comunidad y frente a la cual debemos responder con nuestras acciones y por nuestras acciones. Por lo tanto nos debe obligar a actuar cordial y equilibradamente en y con la realidad humana diaria, ya que gracias a esta libertad, tenemos la capacidad de destruir o construir un mundo donde cada hombre y cada mujer puedan vivir en armonía con la naturaleza, con dignidad, respeto, solidaridad y justicia social. Pero sobre todo, donde el desarrollo y crecimiento económico sea un medio para alcanzar la felicidad y no un fin que más que acercarnos, nos aleja de ella.

Estado y Poder.

El Estado debe ser promotor y protector de una sociedad que en su forma de gobernarse se rija por la Democracia Participativa, que para definirla con sencillez diremos que es un “modelo político que facilita a los ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse de tal modo que puedan ejercer una influencia directa en las decisiones públicas. En la actualidad se manifiesta usualmente por medio de referendos o plebiscitos que los representantes elaboran para consultar a la ciudadanía o por medio de iniciativas de consulta que los ciudadanos presentan a los representantes.” [1]; con métodos y principios de transparencia, horizontalidad, autonomía, equidad, inclusión, cooperación y solidaridad, con la convicción de que se debe “democratizar” la democracia en todas las esferas de la vida social, política, económica y cultural. Debemos construir un Estado que se esfuerce por fortalecer la identidad salvadoreña, promoviendo la cultura de los pueblos originarios y rescatando la historia de las luchas de resistencia, revolucionarias y de emancipación ante el colonialismo y neocolonialismo.

Donde, en el desarrollo de un sistema económico y social, tengan cabida distintas formas de generación de la riqueza, que garantice una distribución justa y equitativa, promoviendo relaciones sociales humanizantes, incluyentes, no dominantes, equitativas entre mujeres y hombres. En el cual el crecimiento económico permita la sustentabilidad, integrándose a las dinámicas de la madre naturaleza y que no la afecte negativamente; que proteja y promueva el rescate de la biodiversidad, pensando en las generaciones futuras.

Un Estado que defiende la soberanía y autodeterminación de la Nación, pero a la vez, participe en la integración Centroamericana y Latinoamericana, en los movimientos por un nuevo mundo mas humano. Y en el cual los medios de comunicación, masivos y alternativos, estén al servicio del desarrollo de las personas mediante la promoción de la identidad nacional y la participación ciudadana, al tiempo que promueve la tolerancia y respeto por los demás pueblos de nuestro mundo.

Esto quiere decir, abandonar el régimen de la Democracia Representativa, pues bajo este sistema el pueblo delega su voluntad de decisión a un grupo de personas que en teoría le representa, pero que en la práctica vela, o por intereses partidarios o por los intereses de la oligarquía. La representatividad socava la voluntad popular del pueblo, por eso debe sustituirse por el régimen de Democracia Participativa, donde los mecanismos de decisión no se reducen a la representatividad lograda a través de los partidos políticos que al final no responden a los intereses del pueblo.

Para ello es necesario, tener y ejercer el “poder”, en al ámbito político, económico, social y cultural, en sus diversas facetas: como capacidad, facultad, fuerza y vehículo de la acción transformadora. Es imperativo, a través y mediante lo organización social, construir ese poder popular que permita en primera instancia, dominar al poder político, ocupando los cargos públicos donde se tomen las decisiones transcendentales de la Nación, pues en la medida en que el pueblo organizado se pronuncie, exija y participe en las diversas instituciones para que cumplan con las funciones constitucionalmente asignadas se fortalece y encamina la construcción de un verdadero Estado de Derecho cuya base sea una Democracia Participativa que potencie progresivamente y al mismo tiempo el Estado Socialista Salvadoreño.