miércoles, 13 de julio de 2011

IDEOLOGIA


Marta Harnecker – IDEOLOGÍA
Los Conceptos Elementales del Materialismo Histórico
La teoría marxista sostiene que en toda sociedad existe una base económica y una superestructura jurídico-política e ideológica. Estos aspectos están articulados entre sí de una manera compleja, siendo el económico el que es determinante en última instancia.

Si se emplea la metáfora arquitectónica de Marx y Engels del edificio con un cimiento o base y una superestructura que se construye sobre este cimiento, se puede decir que la ideología pertenece a la superestructura. Pero la ideología no se limita a ser solamente una instancia de la superestructura, ella se desliza también por las otras partes del edificio social, es como el cemento que asegura la cohesión del edificio.

La ideología impregna todas las actividades del hombre, comprendiendo entre ellas la práctica económica y la práctica política. Está presente en sus actitudes frente a las obligaciones de la producción, en la idea que se hacen los trabajadores del mecanismo de la producción. Está presente en las actitudes y en los juicios políticos, en el cinismo, la honestidad, la resignación y la rebelión. Gobierna los comportamientos familiares de los individuos y sus relaciones con los otros hombres y con la naturaleza. Está presente en sus juicios acerca del "sentido de la vida", etcétera. Está hasta tal punto presente en todos los actos y gestos de los individuos que llega a ser indiscernible de su "experiencia vivida" y, por ello, todo análisis inmediato de lo "vivido" está profundamente marcado por la acción de la ideología. Es ella la que transforma su conciencia, sus actitudes y conductas para adecuarlas a sus tareas y a sus condiciones de existencia. Por ejemplo: la ideología religiosa que habla del sentido del sufrimiento y de la muerte procura a los explotados representaciones que le permitan soportar mejor sus condiciones de existencia.

La ideología tiene como función asegurar una determinada relación de los hombres entre ellos y con sus condiciones de existencia, adaptar a los individuos a sus tareas fijadas por la sociedad. En una sociedad de clases esta función está dominada por la forma que toma la división de los hombres y mujeres en clases. La ideología está destinada, en este caso, a asegurar la cohesión de ambos en la estructura general de la explotación de clase, facilitando la dominación de una clase sobre las otras, haciendo aceptable a los explotados sus propias condiciones de explotación como algo fundado en "la voluntad de Dios", en "la naturaleza", o en "el deber moral", etcétera.

Al mismo tiempo a sirve los individuos de la clase dominante para reconocerse como sujetos de una misma clase, la de los explotadores y aceptar como "querida por Dios", como "fijada por la naturaleza" o por "el deber moral" la dominación que ejercen sobre los explotados. La ideología tiene, por lo tanto, un doble uso; se ejerce sobre la conciencia de los explotados para hacerles aceptar como natural su condición de explotados y se ejerce sobre los miembros de la clase dominante para permitirles ejercer como natural su explotación y su dominación.

Las ideologías, como todas las realidades sociales, sólo son inteligibles a través de su estructura. La ideología comporta representaciones, imágenes, señales, etc., pero estos elementos considerados aisladamente no hacen la ideología; es su sistema, su modo de combinarse lo que les da sentido; es su estructura lo que determina su significado y función, dentro de un complejo enramado social, convirtiéndose de una realidad material a una vivencia subjetiva en la experiencia cotidiana del individuo.

El estudio objetivo de la ideología nos hace ver que, a pesar de ser una realidad que se encuentra difusa en todo el cuerpo social, puede ser dividida, sin embargo, en regiones particulares, centradas sobre diferentes temas. Así, podemos distinguir regiones relativamente autónomas en el seno del aspecto ideológico, por ejemplo, ideología moral, religiosa, jurídica, política, estética, filosófica, etcétera.

Existen además diferentes tendencias ideológicas. Al afirmar Marx que "las ideas dominantes son las ideas de la clase dominante" nos mostraba el camino para estudiar las diversas tendencias ideológicas. Así como hay clases dominantes y clases dominadas, existen tendencias ideológicas dominantes y tendencias ideológicas dominadas.

Por lo tanto, en el interior del aspecto ideológico, en general, podemos observar la existencia de diferentes tendencias ideológicas que expresan las "representaciones" de las diferentes clases sociales: ideología burguesa, pequeñoburguesa, proletaria.

La clase dominante sabe siempre utilizar el lenguaje que le permite lograr la mayor comunicación con las clases dominadas. Da un contenido de clase a la materia ideológica que le ofrece la tradición, los hábitos y costumbres de esa sociedad determinada.

Para que el proletariado descubra sus verdaderos intereses de clase, es decir, para que llegue a adquirir una conciencia de clase proletaria, es necesario hacer intervenir factores extra económicos; es necesario poner en manos del proletariado la teoría marxista, único instrumento capaz de liberar la tendencia ideológica proletaria de las deformaciones reformistas y economicistas, productos de la ideología burguesa dominante.

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¿Están cambiando la forma hacer política en la sociedad salvadoreña las resoluciones de la Sala de lo Constitucional? Claramente hay que decir que las resoluciones no cambian el sistema, por el contrario, los mismos jueces de la Sala han expresado que su interés es fortalecerlo. En el fondo, las diputaciones independientes y que se abran las listas de votación (aunque se mantienen bloqueadas) para que los votantes escojan directamente a un/a legislador/a, no cambian en nada nuestra estructura política. Se agregan elementos que pueden fortalecer el sistema de participación democrática y elección de representantes, pero habrá que ver cómo funcionan para valorar si son un avance o no. En este momento hay un gran apoyo al trabajo de la Sala pues está realizando cambios en el sistema político electoral para los cuales los partidos nunca han mostrado voluntad, exigiendo a la Asamblea se apegue al espíritu de la constitución.

No hay duda de que se ha trastocado el rol que la partidocracia tradicionalmente ocupa en la institucionalidad del país; algunas de estas modificaciones y la independencia de la Sala, han sido una exigencia histórica de las diferentes fuerzas populares que han luchado por el fortalecimiento del Estado de Derecho; dando la Sala muestras de cómo el trabajo independiente de uno de los poderes del Estado, alejado de los intereses partidarios, puede fortalecer la democracia.

Esta actitud, de 4 de los 5 Jueces, obligó a la Asamblea Legislativa a emitir el D.L. 743 -aprobado por el Ejecutivo contra todo pronóstico sensato y en un tiempo record- para bloquear y amarrar sus resoluciones. Esto ha sido la gota que rebalso el vaso del enfrentamiento entre los poderes del Estado junto con el ahora mediatizado (pues no es algo nuevo) desborde de la decepción generalizada de la población hacia los partidos políticos.

Este “desencuentro” institucional no debe analizarse fuera del contexto de la alternancia en el gobierno, la fortaleza del frente como principal fuerza política del país y la crisis global del capitalismo.

La crisis en ARENA, latente tras 20 años de gobiernos en los que se crean cúpulas al interior del partido, se desata tras su fracaso electoral en 2009 donde entregan el gobierno a Funes-fmln, logrando este último su mayor nivel de aceptación entre la población, apuntalándose como la opción de cambio que necesita el país. Sumado a esto, la crisis económica global que inicia en 2008 precipita el fracaso del modelo neoliberal como camino de desarrollo social y económico del sistema capitalista dejando sin referente ideológico-teórico a la derecha que se fragmenta abruptamente.

En este contexto de crisis institucional, con la derecha sin su referente ideológico, el histórico descontento popular y la creciente fortaleza del fmln, comienza a orquestarse la construcción de una aparente fuerza dentro del movimiento social, donde confluyen “derechas e izquierdas” exigiendo que se respete el trabajo y la independencia de la sala; defendiendo estos leves cambios para fortalecer nuestra débil democracia, con un discurso “alejado de ideologías políticas” guiado por la ANEP, FUSADES y demás defensores del capitalismo, uniéndose al coro de voces que critican el D.L. 743 acusando a los partidos de no querer renunciar a sus intereses y privilegios en el sistema político, en un aparente ataque de fiebre democrática. Sumándose y manipulando el trabajo de algunas organizaciones sociales con las que ahora, casualmente que están en la oposición (y en crisis) ellos se identifican y de donde incluso se oyen voces pidiendo una Asamblea Constituyente; que no dejan de estar desubicadas, pues una nueva constitución tendría valor en la cúspide de un exitoso movimiento revolucionario que realmente esté dispuesto a cambiar todo el sistema.

Surgen también movimientos de jóvenes que se “organizan” a través de las redes sociales; que presumen de “renunciar a las ideologías” para promover y alcanzar los cambios que necesita El Salvador. Pero aquí en nuestro país, si no hay suficiente educación académica, mucho menos la hay política en la juventud no organizada que les permita construir su propio criterio teórico-filosófico para sumarse alrededor de un objetivo político. Querer emular los movimientos de indignados/as que han surgido en otras latitudes es loable, pero sin un certero programa político no se cambia el mundo, mucho menos renunciando a la propia ideología; el que renuncia, se suma a la de quien le pide que lo haga. Más aún, como ya sabemos, en realidad es a la izquierda a la que se le pide que renuncie a su ideología. Se cuestiona al socialismo pero no al capitalismo, que es al final el gran responsable de toda esta crisis mundial ¿acaso no hay nada más ideológico que eso? ¿Quiénes son los grandes beneficiarios de que la juventud renuncie a una ideología política, a una ideología qué cuestione, si bien al socialismo, también deba cuestionar el sistema capitalista? Pues a los grandes capitales nacionales y transnacionales que se esconden detrás de su falso discurso de libertad y democracia.

Con la crisis ideológico-económica global sobre sus hombros y tras el desgaste de los 20 años de gobiernos areneros, en los cuales las políticas neoliberales: privatización de los bienes públicos, liberalización arancelaria de mercados, reforma fiscal regresiva; los TLC´s y la dolarización, solo fueron beneficiosos para la gran oligarquía y los intereses transnacionales dejando a la población en general como la gran perdedora, los apologistas del capitalismo nacional ANEP, FUSADES y demás, se ven ahora en la penosa necesidad de secuestrar las banderas del movimiento popular abocándose al discurso “democrático” para transformar su rostro, criticando la partidocracia de la que tanto se han servido antes.

Cuestionar y pretender cambiar el sistema de partidos ahora que es el frente quien gobierna, es para la dirección del fmln una estrategia de ataque y desestabilización contra el partido a la que ingenuamente se han sumado algunas organizaciones populares. Está claro que la oligarquía capitalista, las organizaciones de derecha y aún algunas de centro izquierda se oponen a la continuidad del proyecto socialista del fmln y harán hasta lo imposible por demostrar la ineficiencia del partido para gobernar, de ahí que en esta coyuntura de crisis institucional, debilidad de la derecha, fortaleza del frente, inconformidad social, redes sociales, y renuncia de ideologías, se cuestione la factibilidad del sistema partidocrático, no por la Sala, sino por la derecha amparándose en la Sala, he ahí la estrategia del gato pardo, “cambiemos para quedar nosotros otra vez”.

En su análisis el fmln critica que algunas organizaciones del movimiento popular se sumen a la línea de estos representantes de la oligarquía, acusándolo de confundido o peor, de traidor en lugar de salir al encuentro de esas fuerzas con las que caminó a la par durante años, para buscar los espacios de intercambio y análisis que permita la construcción de una estrategia para desenmascarar a esa plutocracia que se esconde detrás del discurso democrático.

Las exigencias y banderas del movimiento popular son las mismas que se han venido enarbolando durante años, es la derecha quien está cambiando su discurso apropiándose de las mismas, asumiéndose como parte de un movimiento, al que ellos denominan social y en el que se insertan en un intento por reconstruir su imagen democrática y capturar algún referente ideológico que les renueve una identidad con la cual encarar las próximas elecciones, intentando falsamente mostrarse ahora más democráticos que el fmln para mermar su imagen en el gobierno.

En un reflejo defensivo la dirección del fmln adopta una postura reaccionaria, muy desconcertante, ante las pocas reformas que se pueden realizar con esta Sala, defendiendo intempestivamente el status quo en una actitud totalmente contraria al espíritu de un partido revolucionario. Reformas que por otro lado, durante muchos años acompaño desde la oposición y que no cambian en nada el sistema, pero que ahora ven como un ataque pues se hacen cuando está en el gobierno y cuando goza de mayor fuerza electoral. Son las derechas quienes se están arrimando a nosotros/as ¿han olvidado acaso que ésta ha sido la lucha que durante años ha llevado a cabo el movimiento popular, cambiar el sistema?

El fmln debe acercarse al movimiento popular, sin la pretensión de ser vanguardia o con la idea de que tiene que explicarle lo que está pasando pues el partido también comete errores y les guste o no, el movimiento popular tiene suficiente capacidad e información para elaborar sus propios análisis y formar su propio criterio. No perdemos de vista que todos los cambios que se han dado en el país, por pequeños que sean o que se vean, entre ellos la formación de la Sala de lo Constitucional se han producido porque el fmln en menor o mayor medida es parte de un gobierno que desbanco a la derecha del poder ejecutivo y que si no se han producido cambios mayores es porque como dijo Fabio Castillo nos equivocamos “al creer” en la figura de Mauricio Funes, que dice representar a una izquierda “sensata” ¿cuál es esa nos preguntamos, la que gobierna cuidando los intereses de la empresa privada, cuidando que no se molesten los grandes centros de poder económico? Debe derogarse el D.L. 743 para romper la actual estrategia mediática de censura hacia el partido y este debe tener la confianza en los/as que apoyamos la derrota de ARENA pues lucharemos contra las trampas y artimañas que utilice la derecha. Defenderemos el verdadero cambio que nuestro país necesita.

El falso discurso democrático de la ANEP, FUSADES y demás sectores (pro)capitalistas debe desenmascararse, pues para salir de su precariedad, desde el fondo de su propia crisis, atragantados en el lodo del hoyo que ellos mismos han cavado, quieren secuestrar las banderas por las que tan dignamente hemos luchado. Por tanto hacemos un llamado al pueblo organizado y no organizado para que no se deje impresionar por estos aparentes llamados a la democracia “sin ideologías” desde la derecha, pues la concepción democrática del capitalismo es muy diferente a la del movimiento popular, a la de los hombres y mujeres que dieron su vida por cambiar nuestro país, a la de la juventud con claridad ideológica; muy diferente a la de la solidaridad y la justicia social; muy diferente a la de los y las socialistas.