lunes, 25 de octubre de 2010

AMANECER A MEDIA NOCHE

Dos compañías mineras han demandado al Estado Salvadoreño por impedirles la explotación de nuestros recursos minerales. La empresa Commerce Group y la Pacifi Rim. Exigen que el Estado Salvadoreño les pague $100 millones a cada una por impedirles la explotación minera. Reclaman sus derechos corporativos en base al tratado de libre comercio con los E.U. esta es una muestra de lo dañinos que son estos pactos comerciales para los intereses del pueblo salvadoreño.

Este valioso documental expone la lucha de las comunidades de cabañas contra la transnacional Pacific Rim. Es muy importante ser una parte activa en la defensa de nuestra tierra.

http://www.vimeo.com/16122713

jueves, 21 de octubre de 2010

El Titiritero

La muerte camina por las calles de El Salvador. Cínica, fría y llena de infamia, ¡riéndose del dolor del pueblo! Hundiendo su guadaña en el corazón de la juventud; alimentándose en la impunidad...

Impotentes la vemos pasar. Lentamente la vemos cubrir la vida hasta asfixiarla. Pero somos incapaces de ver directo a las cuencas vacías y sin alma de su rostro y decir ¡¡¡BASTA!!! Ese vacio infinito, lleno de oscuridad, nos petrifica... el temor de que nos oiga, nos vea y nos arrebate del día para ahogarnos en el silencio de la noche eterna nos enmudece.

Pero es un títere, si. Un grotesco títere, aberrante y retorcido cuya mueca espantosa esta pintada en la pobreza histórica de nuestro pueblo... La muñeca del poder, es la muerte... si, la muerte es una marioneta que salta sobre nuestros ojos para arrancarlos a mordidas y arañasos, para que no veamos... para que no veamos al titiritero... pero yo sé quien es...

Pero si te lo dijera... ¿me creerias?... ¿creerias que no son los espectros que nacen carentes de la riqueza del noble los culpables de la sangre que a diario nos arrastra a la indignación, la rabia y la venganza? ¿creerías que éstos vejámenes de seres humanos son barro que se moldea en las oscuras manos del titiritero? son victimarios si, pero también víctimas.

Nos ensañamos con ellos porque no podemos ver los hilos que los manejan. Es más fácil quebrar los huesos de un ser humano roto, que luchar contra la fortaleza del poder que los maneja. Dejemos de ver hacia abajo, veamos hacia arriba, veamos directo a las cuencas vaciás y siniestras de la muerte, veamos a través de ellas y busquemos al titiritero para cortar sus manos.

Ahi está, escondido entre la riqueza de la mentira, detras de los muros del poder, viviendo cual sanguijuela de la sangre de un pueblo valiente, pero estremecido por la barbarie de la violencia, la pobreza y la impunidad... pero yo sé quién eres titiritero. El tiempo del miedo y de la impunidad está llegando a su final y este pueblo de barro y maíz se levantara una vez más y cortará de tajo tu cabeza.

sábado, 25 de septiembre de 2010

La Destrucción del Pensamiento


Al caminar entre la niebla de la democracia, por las calles del capitalismo, veo pequeños corazones sin pálpito. Fantasmas de lo que será –si acaso llegará a ser- un Ser Humano.

Sangra la tierra estas pequeñas criaturas oscuras como sangran sus ojos lágrimas de ira y desprecio por aquello que han perdido... una vida digna... arrebatada por las garras del neoliberalismo...

No sienten amor. No hay felicidad en sus rostros cubiertos de tierra, mugre, suciedad... solo dolor... el dolor del hambre, de las palizas; del frío en sus huesos bajo las negras sábanas de las gélidas madrugadas; el dolor de sus camas de piedra y tierra; el dolor de la lluvia en sus cuerpos de madera, deseando ser niños y niñas de verdad... el dolor del desprecio del que los mira sin verlos; el dolor de querer ser amados sin comprender que significa eso del “amor “.

Nos miran, pero nos negamos a verlos... vemos nuestra muerte en ellos. Seres vacíos, sin alma, despojados de su vida por nuestra frivolidad, nuestra ignorancia, nuestro egoísmo y mezquindad...

A veces me pregunto ¿quién es realmente el pobre? ¿De quién es realmente la vida sin sentido?

Caminamos tratando de vivir nuestras vidas, compadeciéndonos de nuestros problemas, deseando lo que no tenemos y despreciando lo poco que poseemos, regalando limosnas de amistad, de amor, de preocupación, de dinero; pensando que con eso hacemos lo que podemos por hacer de este un mejor lugar, que cubrimos nuestra responsabilidad con los demás. Nos engañamos…

La vida muere a nuestro alrededor y usamos expresiones de sobresalto trilladas para expresar nuestra preocupación. Pero no hacemos más por comprometernos, por devolverle su dignidad a la vida... por hacer real el palpitar de esos corazones de madera... al contrario los condenamos a lo hoguera de nuestro odio.

Al caminar por los laberintos de la democracia solo veo sombras de una libertad esquiva para el ser humano, prisionero de sí mismo, de su pobreza espiritual y su ignorancia. Los espectros del oscurantismo neoliberal se aprovechan del miedo, la pobreza y la escasa educación para devorar la riqueza de la vida, sin darse cuenta que forjan al mismo tiempo la espada que atravesará su fútil existencia, su pobre pensamiento.

¡Esa espada necesita ser empuñada con fuerza!, pero sobre todo, con sabiduría.

viernes, 9 de julio de 2010

El Gobierno Mauricio Funes – FMLN / REFORMISMO

Llamado a la Construcción de Ciudadanía Crítica y Activa (II)

La organización social, producto de la conciencia política colectiva, es el eje fundamental de la fuerza histórica revolucionaria que nuestro país necesita para luchar y alcanzar los cambios que empujen hacia la construcción de un nuevo proyecto de Nación donde, dentro de un fuerte y verdadero Estado de Derecho se consolide la Democracia Participativa, se construya una economía al servicio de la humanidad y en consecuencia forjemos una sociedad donde prive la solidaridad, la justicia social y prospere una cultura de amor por la vida. Un paso más dado en esa dirección fue lograr la alternancia en el gobierno, gracias al cual se abrió la esperanza del cambio hacia un mejor futuro.

Pero contrario a las expectativas de la población, este nuevo gobierno mantiene el modelo económico-político neoliberal. El Presidente afirmó que los cambios serán: “seguros, con estabilidad, sin ruptura del sistema económico y jurídico del país, en consecuencia, no habrán cambios profundos de raíz. Aclaró que habrá un cambio profundo en el modelo de la gestión pública, de la transparencia, de la participación y de la justicia social”, por tanto, éste es un gobierno reformista, no de cambio, no de izquierda, mucho menos de revolución. En principio, las figuras de este reformismo son: en el área de transparencia, las Oficinas de Información y Respuesta a la Ciudadanía (OIR) y reformas al Tribunal de Ética Gubernamental; en lo político económico, el CES (Consejo Económico y Social) cuyo trabajo no es vinculante con la aplicación de políticas del Ejecutivo; en el área de la justicia social, la respuesta a las exigencias de los lisiados de guerra, incorporación del trabajo doméstico al seguro social, creación de la Dirección de Diversidad de Sexual y otras acciones menos relevantes. Falta ver como impactará esto en la cultura del servicio público salvadoreño.

Para vender la idea del cambio éste reformismo del gobierno debe pintarse de izquierda; por tanto, reabrir relaciones diplomáticas con Cuba, declararse seguidor de la palabra de Monseñor Romero, reconocer la violación de los derechos humanos que cometió el Estado durante la guerra por las distintas dictaduras militares y los posteriores gobiernos de derecha (PCN, PDC y ARENA) y pedir perdón por esos hechos, así como por la muerte de Monseñor Romero, los sacerdotes jesuitas de la UCA y declarar este primer año en honor a Roque Dalton, son importantes reivindicaciones morales para la izquierda pero que no conducen a cambios estructurales del sistema. El reconocimiento y las disculpas no empujan la investigación y búsqueda de justicia, mucho menos la derogación de la ley de amnistía; mientras que con Cuba, hasta ahora no hay ninguna relación estratégica. Todo esto es una cortina para aparentar.

Este aparentar “izquierda” inicia con el gobierno populista de Saca y la idea de “lo social como base de todo”, presumiblemente motivada desde la injerencia estadounidense temerosa de la fortaleza en America Latina y en El Salvador de la Izquierda Socialista, en detrimento de sus intereses. Es un intento por fortalecer a la Socialdemocracia como alternativa de gobierno entre el Capitalismo “devorador” (del que esta muy conciente y cansada la población) y la “amenaza” del Socialismo del Siglo XXI, con el objetivo de detener el avance del FMLN como fuerza política-electoral a fin al proyecto del ALBA y enemigo tradicional del capitalismo. Difícilmente este gobierno irá más allá de reformas superficiales, pues la amenaza de un golpe de Estado (avalado por los E.U.) es real, tanto, que la derecha histórica reaccionaria, que participó en la organización del golpe de Estado en Honduras, invitó al golpista y criminal hondureño Roberto Micheletti para advertir de la amenaza latente de Chávez y el Socialismo sobre nuestro país.

Por otra parte, la teoría revolucionaria nos dice que los gobiernos reformistas son para desmontar la fuerza social que exige cambios. Es verdad. El movimiento social y el FMLN han perdido a muchos líderes y lideresas que han sido llamadas a formar parte del “Gobierno del cambio” logrando éste remarcar su imagen de izquierda, mientras que la fortaleza del movimiento disminuye y se paraliza, pierde su naturaleza de movimiento social y se convierte en masa, mientras que la militancia del partido se desconcierta cuando ya no se cumplen las expectativas. Entonces, surge la pregunta ¿ser gobierno u oposición? Pero a pesar de las claras diferencias entre el Ejecutivo, el Partido y el Movimiento Social de Izquierda, la experiencia de participar en este gobierno es sumamente importante: se accede a las entrañas del poder político y económico del país y se conoce la manera de administrar los recursos del mismo; por tanto, no debe darse el paso a la oposición. Estamos dentro de un proceso histórico que no comienza ni termina con este primer gobierno de alternancia, reformista, que lo único que puede hacer es esforzarse por que la institucionalidad jurídica burguesa se reconstruya y fortalezca, es decir que funcionen efectiva y eficazmente las instituciones del Estado, al menos en las que participa directamente la izquierda y eso es algo que debemos apoyar fuertemente.

martes, 29 de junio de 2010

El Gobierno Mauricio Funes – FMLN / Construcción de Ciudadanía Crítica y Activa

Frente a la tragedia nacional que estamos viviendo, el incremento en el salvajismo y la crueldad de la criminalidad, cuyas últimas víctimas murieron en un hecho tan brutal y atroz que ha causado un grito de indignación, repudio y cansancio en todo el país, deseamos sumar como movimiento social, nuestras voces a aquellas que exigen un verdadero cambio en las políticas gubernamentales para enfrentar todos estos graves problemas.


En este sentido, advertimos con profunda preocupación que la visión del Gobierno, frente al problema de la inseguridad pública no va más allá de la derecha, en el sentido de considerar a las maras o pandillas como los principales responsables de tanta violencia y criminalidad, sin valorar, aludir o apuntar al crimen organizado y la narco-actividad, acciones criminales que se mueven en la corrupción de un sector de las altas esferas del poder político y económico y que se sirven de las maras para sus crímenes. Por el contrario la visión sigue siendo criminalizar a la juventud y a la pobreza.


Además, si el Presidente Funes y su gabinete de seguridad han catalogado este aberrante hecho de “terrorista” debemos entender entonces, que puesto que un acto terrorista es un acto político, ellos presumen de la existencia en la sociedad de grupos opositores al gobierno dedicados a la desestabilización del país, con el ánimo de hacer fracasar su gestión y la del FMLN, tratando de crear en la opinión de la sociedad la idea de que este gobierno es incapaz de dar solución a estos graves problemas, pero ante esta presunción tampoco vemos una línea encaminada ni a confirmar ni a enfrentar este hecho y por el contrario, puesto que sus fuerzas se están abocando al combate de las maras o pandillas, nos parece que hay una terrible miopía en la percepción, interpretación y tratamiento del problema.


Retomar y recurrir fundamentalmente a los planes mano dura, aún cuando sea con distinto nombre, para enfrentar la violencia criminal esta comprobado que no es efectivo. Las funciones que ahora está tomando el ejército al interior de los centros penales puede incrementar la violencia delincuencial e impulsar proyectos de ley que criminalicen la pertenencia a las maras o pandillas puede incrementar la violencia social. Debe cambiarse la visión fetichista de soluciones militares, represivas y estigmatizadoras impulsadas por los capitalistas y su Plan Mérida. Es necesaria la reevaluación de las funciones del Estado para lograr una solución integral que sea en beneficio de toda la población y se recupere la seguridad social.


Las prioridades inmediatas en el país son la seguridad, la economía y la prevención de los desastres causados por nuestra vulnerabilidad socio-ambiental ante las fuerzas climáticas y geológicas de la naturaleza; puesto que estas generan grandes pérdidas humanas y económicas que obstruyen o atrasan el desarrollo; pero mientras no quitemos del centro de la sociedad al comercio y al mercado y pongamos al ser humano, hombres y mujeres, no podremos encontrar soluciones a largo plazo, pues estos problemas son estructurales, y su raíz está, como bien lo decía Monseñor Romero, en la absolutización de la riqueza y la propiedad privada. Si queremos cambiar verdaderamente nuestra sociedad, decía él, “debemos cambiar de raíz el sistema”. Por tanto abandonar el sistema económico actual es imperativo. El Presidente Funes lo ha declarado públicamente “fallido a nivel mundial” pero sigue el mismo modelo neoliberal, pero ahora según él, aplicándolo como en la India y China, pero el Capitalismo es un sistema generador de pobreza, de exclusión, de contra valores, destrucción y deshumanización.


Por desgracia el primer año del Gobierno de Mauricio Funes – FMLN ha dejado claro para la población en general, que los cambios no se darán como se esperaban. Serán como lo dijo el Presidente: “seguros, con estabilidad, sin ruptura del sistema económico y jurídico del país, en consecuencia, no habrán cambios profundos de raíz.


Es por todo esto que hacemos un fuerte llamado a toda la población, haya votado o no por el cambio, para que en estos momentos de profunda indignación, cansancio y repudio a la violencia, en primer lugar no se deje llevar por la ira y los deseos de venganza, la violencia solo generará más violencia. En segundo lugar, para que se mantenga en una actitud crítica y activa frente al gobierno, los partidos opositores y las políticas de represión y persecución contra la juventud y la pobreza y el protagonismo que esta teniendo el ejército en la vida nacional, pues son muy peligrosas para la estabilidad democrática del país.

sábado, 27 de marzo de 2010

LA VIOLENCIA - CAUSAS HISTORICAS -

La dura cara de la violencia, que día a día cuenta por docenas a sus víctimas, es una amenaza constante a los logros, pocos o muchos, que el país ha alcanzado en materia de Democracia.

Este nivel de agresión cotidiana no es posible delimitarlo al accionar de las maras o gruposaislados de criminales. Este flagelo es producto de unas condiciones sociales, políticas y culturales que han evolucionado a lo largo de nuestra historia y que se manifiestan ahora como parte de una cultura de violencia, que ha alcanzado su mayor grado de expresión en este momento histórico a través del fenómeno de la GUERRA SOCIAL.

No estamos enfrentando una ola de delincuencia común, que podría por ejemplo, ser producto de la crisis económica mundial, ante la cual una cierta fracción de la población para enfrentarla, decida por necesidad, delinquir hasta el extremo de la criminalidad para sobrevivir. Estamos viviendo un periodo de GUERRA SOCIAL, que es consecuencia directa de una posguerra que no fue asumida de manera adecuada por la sociedad, con mayor responsabilidad de los sectores de la ultra derecha oligárquica, que se resiste a aceptar sus culpas y responsabilidades durante la guerra así como a ver la totalidad de las causas que dieron pie a la misma, evitando que podamos ver los hechos de la historia de manera transparente para esclarecer nuestro pasado, comprender la realidad de nuestro presente y prepararnos para el futuro.

No es posible que las causas de la guerra civil se quieran reducir a una “agresión comunista” frente a la cual los gobiernos de turno “defendieron” al país. A ella están intrínsicamente ligadas: la pobreza [extrema] de grandes masas de la población, la exclusión social y económica, la persecución y represión política, la explotación y represión económica, la concentración de la riqueza, los privilegios de clase vs. Derechos Humanos; condiciones que están presentes en nuestra historia desde la colonización de nuestra tierra hasta la fecha.

Este esquema resume a groso modo los grandes problemas históricos de El Salvador, en sus líneas económicas, políticas y socio-culturales. Vemos que hasta la actualidad se mantienen, y por tanto, prevalece la impunidad en tanto carencia de justicia para el pueblo, aún y cuando se han logrado avances en materia de Democracia formal; esta injusticia sumada a una cultura de violencia, forjada a lo largo de la historia, ha dado pie a la guerra social, que se alimenta al mismo tiempo de las otras dos, poniendo en riesgo los avances de la Democracia, pues cada vez el pueblo exige medidas más autoritarias y represivas para solucionar los problemas.

Ahora bien, las características de una guerra social son:

  • No tiene proyecto político determinado. La guerra civil tenía un fin, cambiar el sistema político-económico del país y las condiciones de miseria y explotación que sufría el pueblo, existía una línea filosófica, ideológica, política y militar que perseguía este fin último, sin embargo en la guerra social no hay ideologías, ni filosofías pues no hay un objetivo.
  • La guerra social carece de mandos políticos y militares, no hay con quien dialogar, hay una estructura semi-organizada pero esta no se muestra.
  • En la guerra social no hay frentes conocidos, no hay enemigos identificados, ¿cuáles o quiénes son los bandos en contienda? Hoy todos estamos en guerra porque todos somos parte de la crisis que la genera.
  • La guerra social a diferencia de la civil, no admite en una primera instancia ni solución militar, ni política, en cuanto, no hay estructuras identificables, ni hay enemigos claros, ni hay un fin último para esta guerra, en consecuencia no hay posibilidades de negociación.
  • Y lo más importante, una guerra social no es un problema de delincuentes y policías, surge de una crítica a la sociedad. Esta guerra es producto de toda una serie de problemas sociales, económicos, culturales y políticos que no se han atendido de la manera adecuada, que se han ido acumulando y que están en estrecha relación con el modelo económico capitalista.
Entonces ¿Es sólo un problema de seguridad pública o es necesaria una perspectiva más amplia? ¿Revalorar el sistema político-económico que dibuja a la sociedad y que no ha respondido a las necesidades de desarrollo del país y por tanto, cuestionar el rol del Estado y discutir sobre la seguridad que debe brindar a la ciudadanía?

Las muertes y la violencia no son causadas sólo por las maras o pandillas, se les puede señalar por las riñas entre bandos, extorsiones, venganzas, sicariato, trafico de drogas y peleas por territorios, pero además hay que señalar al crimen organizado (narcotráfico, contrabando, tráfico de personas, de armas, lavado de dinero). A la violencia social: venganzas personales, por acciones pasionales, riñas estudiantiles, enemistades, por autodefensa. La violencia contra mujeres, niñas, niños, y ancianas/os. La violencia contra las personas de diferente orientación sexual. Los accidentes vehiculares por el uso de drogas, alcohol o simple ira. La reproducción de la violencia familiar por el abuso doméstico. Los propios abusos de las autoridades de seguridad, y todo esto, entremezclado.

En resumen, es todo un contexto histórico el generador de tanta violencia ¿cuándo fue la última vez que El Salvador vivió un periodo de paz, prosperidad y crecimiento cultural donde las mayorías disfrutaran de una vida digna? Este mal no puede reducirse al accionar de un grupo en particular de la sociedad, y no se esta defendiendo o disculpando a estas personas, pero, por ejemplo, el aumento de las penas de cárcel para los y las adolescentes infractores no soluciona el verdadero problema, esta comprobado que cuando una persona infringe la ley no lo hace pensando en las penas que afrontará por ese delito, lo hace pensando que en ese momento va a solventar una necesidad en extremo urgente para si misma. Si ha esto le sumamos que encarcelarlo no ayuda porque no hay posibilidades de rehabilitación, solo estamos agregando más leña al fuego. Se necesitan planes de choque si, para contener, pero también planes que se avoquen a resolver de raíz las causas de este problema.

Para resolver esta grave crisis nacional, es necesario que el Estado se reevalúe. Privilegiar las condiciones que favorezcan al desarrollo económico estaría bien, si ese desarrollo fuese para toda la población y no solo para aquellos que presumen que sus privilegios están por encima de los derechos de todo un pueblo. Al tiempo que construyeran una cultura de paz, tolerancia, convivencia pacífica y armoniosa; una cultura de respeto, protección y renovación de la naturaleza, que es, al mismo tiempo, construir una cultura de amor por la vida.

viernes, 5 de marzo de 2010

AGROCOMBUSTIBLES

Despojo de tierras para agrocombustibles: ninguna tierra es marginal

08.04.2009

Antes poblaciones y biodiversidad, ahora solo palma
Antes poblaciones y biodiversidad, ahora solo palma

Brasil, Colombia o Argentina son considerados como regiones con gran potencial para expandir la producción de agrocombustibles para abastecer a la Unión Europea, en mucha mayor medida de lo que ya se viene dando en estos países. Una de los argumentos que se esgrimen por parte de los defensores de los agrocombustibles es la existancia de extensas áreas de tierra disponibles, a las que se denominan comúnmnete como “tierras marginales” o tierras de deshecho, abandonadas, improductivas. Sin embargo, en este artículo sostendremos que el concepto de “tierras marginales” -tierras con un bajo valor productivo es un concepto muy confuso y su uso en el contexto de los agrocombustibles puede resultar peligroso. Esta calificación de “marginal” es introducida por un interés productivista y económico de considerar los suelos (1). Desde nuestro punto de vista, el hecho de que un recurso natural, como lo es el suelo, no esté siendo utilizado para producir un beneficio económico para el mercado globalizado, no significa que no tenga un gran valor ecológico y para las poblaciones locales.

Desde un punto de vista ecológico no existe la marginalidad. En zonas de poca productividad, la producción de biomasa puede ser baja, o puede ser necesaria gran cantidad de fertilizantes y agua, lo que tendrá otras consecuencias como contaminación de aguas y toxicidad. Las denominadas tierras marginales tienen desde un punto de vista social, una función clave para la subsistencia de comunidades rurales. Así lo destaca un reporte reciente de la FAO (2). La población rural, y de un modo especial las mujeres, extraen habitualmente de estas áreas, todo aquello que necesitan para su subsistencia, como el alimento, caza, agua y leña. Los planes de expansión de los monocultivos industriales tan sólo extreman el problema de la concentración de tierras, y termina dificultando e incluso impidiendo su acceso a la población que depende de ellas, y así minando su modo de vida.

Muchas áreas naturales en Latinoamérica, como en Brasil la selva amazónica, el cerrado, la mata atlántica y el pantanal, han sido ya gravemente afectados por el boom de la producción de agrocombustibles, y la conversión del uso de las tierras en monocultivos industriales. Millones de indígenas, afrodescendientes y campesinos viven en estos ecosistemas, y dependen de ellos. Muchos han sido ya expulsados de sus hogares, a menudo con violencia. Hoy crece palma aceitera, maíz, caña de azúcar o sojá transgénicas en sus territorios ancestrales. Los impactos indirectos del desplazamiento de personas son muy serios y deben ser tomados en cuenta. Estos se encuentran repentinamente obligados a comenzar una nueva vida, casi siempre en condiciones muchísimo peores, en los suburbios pobres de las grandes ciudades o villas miseria (3).

Las preocupaciones de los campesinos y organizaciones sociales y ambientales latinoamericanas deben ser tomados en consideración y respetados no sólo por aquellos que elaboran las políticas globalizadoras, sino también por consumidores y hasta por ambientalistas. Las políticas de la Unión Europea que promocionan ampliamente la introducción de agrocombustibles que deben elaborarse a base de materias primas procedentes de las commodities de estas tierras supuestamente “marginales”, están olvidando o fallando en valorar a las poblaciones rurales de los países del Sur, sus modos de vida y los ecosistemas donde viven y de los que dependen, sus culturas, sus tradiciones, y así también sus derechos. Estas poblaciones no están orientadas al mercado global, sino a la producción de alimentos para sí mismos. Esto es lo que se califica de “marginal” o “deshecho”. En países como Malasia o Indonesia se habla de la existencia de grandes áreas de tierras marginales, donde deberán implementarse las plantaciones de palma africana, pero sin embargo, estos países tienen unas de las tasas de deforestación más altas del mundo. Todos sistemas de certificación de agrocombustibles que aspira a implementar la Unión Europea para la supuesta utilización de agrocombustibles “sostenibles”, fallan en resolver el problema de las tierras marginales, sugiriendo simplemente que los cultivos para agrocombustibles deben implementarse en estas tierras, sin acertar a definir de un modo claro cuáles son y dónde están.

Retomando la reflexión acerca de las tierras marginales, nuestra apreciación en el seguimiento que hacemos de cómo se está desenvolviendo la expansión de los monocultivos, es que la industria de agrocombustibles tiene sus ojos puestos principalmente en las mejores tierras, pero de modo intencionalmente confuso se utiliza este término de “tierras marginales”. Lo que realmente puede observarse, es que la producción de agrocombustibles está teniendo lugar sobre los ecosistemas naturales, los sistemas de agricultura local y sobre las propias comunidades rurales.

Hablamos de Argentina, donde niños mueren de hambre diariamente en todo el país, de Colombia, donde la población afrocolombiana está siendo desplazada con violencia y asesinada por encargo de empresas para hacerse con sus tierras para las plantaciones de palma; de Brasil, donde la reforma agraria es el principal motivo de lucha para la población rural. En estos países, ninguna tierra es tierra marginal.

Caso Argentina: De la Soja a la Jatropha

En Argentina, algunos funcionarios del gobierno y empresas intentan promover la jatropha como cultivo que restaura los suelos y da un aceite reutilizable y no comestible. La planta a partir de la que se produce este aceite, supuestamente crece en “tierras marginales”, con una alta productividad y sin competir con la cadena alimentaria humana ni animal.

El Grupo de Reflexión Rural GRR, que se ocupa intensamente de los problemas que ocasiona el agronegocio en el campo argentino, denuncian que estos planes producirán aún más desplazamientos de campesinos, más concentración de tierras y de riqueza en pocas manos, además de añadir miles de hectáreas deforestadas a los ya desaparecidos bosques. “No se limitará a aumentar la pobreza, el hambre, la tuberculosis, el chagas, la leishmaniasis o la fiebre amarilla, sino que además, la especie es extremadamente invasiva y su impacto en áreas de biodiversidad como el chaco será aún peor que el impacto de la soja transgénica” denuncia un representante del GRR. Esto significa, que como ya ha pasado con otros de los cultivos destinados a la producción de agrocombustibles en Latinoamérica, como la soja, la palma, la caña de azúcar o el maíz, la introducción de jatropha en el sistema económico, “no significará mayor desarrollo para las familias campesinas y para las comunidades, pero incrementará el producto interior bruto que sólo enorgullece al gobierno, confundiendo una vez más crecimiento con desarrollo”. El cultivo de la jatropha curcas está por cierto aún prohibido en Argentina, porque los correspondientes estudios de plagas aun no han sido efectuados en el país. (4)

La expansión indiscriminada de los monocultivos de soja y la apertura a la lógica del agronegocio del mercado mundial, han destruido la coexistencia en el campo argentino entre grandes terratenientes, pequeños campesinos e indígenas. Los grandes terratenientes que se asociaron con las multinacionales ganaron la batalla, y miles de campesinos fueron desplazados en los últimos años del campo argentino. Mientras el precio internacional de la soja aumentaba, la soja se exendía más allá de las tierras fértiles, hacia las llamadas “tierras marginales”, en el norte del país. Ahí vivían campesinos que cultivaban alimentos, y comunidades indígenas que luchaban por sus derechos territoriales, de los que dependían para su supervivencia (5). Esa región tiene además una de las tasas de biodiversidad más altas del país. Un conflicto de tierras enorme, que se desenvuelve con violencia, comenzó con la soja, y continuará con los planes oficiales para implementar la jatropha.

Casos muy recientes de comunidades afectadas por las situaciones descritas en el norte de Argentina son la comunidad indígena Wichi, que resiste en contra de la deforestación de los bosques para dar paso a más expansión de más soja en la región del bosque seco del chaco en la provincia de Salta. O el caso de la comunidad indígena guaraní que fue expulsada violentamente de su tierra por los productores sojeros, con la complicidad del gobierno de la provincia de Jujuy. Estas luchas son sólo ejemplos puntuales, pero para nada únicos.

Robo de tierras en Colombia

Nada ilustra de una manera más clara los conflictos por la tierra y la inexistencia de las tierras “marginales” que el caso colombiano. En Colombia, existen conflictos gravísimos por la tierra, que implican muerte, robo, ocupación de las tierras, militarización y paramilitarización, y una serie larguísima de violaciones de derechos fundamentales. La revista colombiana Semana, publicó recientemente una sección especial sobre el tema del robo de las tierras (7), donde se afirma que quienes reclaman sus tierras son asesinados, torturados y amenazados. De las tierras usurpadas apenas se ha devuelto el 1 por ciento. Algunos habitantes del Chocó intentaron regresar a sus tierras encontrándose al llegar con la sorpresa de que su pueblo había sido demolido y en su lugar crecía palma africana. Quince mil personas fueron desplazadas en este contexto, sólo en el bajo Atrato para la implementación del megaproyecto agrícola, cuyo boom se basa también en el de los agrocombustibles. Pocos son los que continúan resistiendo desde 1997 en que comenzó este desplazamiento. Las vidas de los demás ya han sido cambiadas para siempre, y la ocupación ilegal de 29.000 hectáreas de tierras por empresarios ha sido reconocida por el Estado colombiano.

En Colombia, desde hace ya casi dos décadas parcelas campesinas vienen siendo usurpadas o sus dueños presionados para venderlas a precios bajos, en un confuso marco jurídico para hacer aparecer todo como “legal” (8). A pesar de este complejísimo contexto, el gobierno colombiano habla de que prevee una expansión potencial de hasta 3.500.000 ha para los cultivos de palma. La pregunta al estado colombiano sería dónde se localizan estos millones de hectáreas, pues se menciona la aptitud de suelo y clima y otros factores de producción, pero no el hecho de que se trata de territorios de pueblos indígenas, comunidades afrocolombianas y campesinas. La revista Semana menciona un millón de hectáreas de tierras abandonadas en zonas remotas y conflictivas, que pertencecen a víctimas del conflicto armado; es impensable su ocupación para el agronegocio, ya que deberían ser restituidas a sus dueños legítimos. De este modo, más expansión de la palma en Colomiba, sólo podrá significar, al igual que en otras partes de Latinoamérica, más conflictos como los ya existentes sociales, culturales y económicos, además de los ambientales. Este es el peligro que supone la expansión de los agrocombustibles sobre cualquier superficie de tierra, aunque se llame a esta “marginal”.

Guadalupe Rodríguez, Salva la Selva (www.salvalaselva.org)

Información completa sobre agrocombustibles en los países del Sur puede encontrarse en:

www.stop-agrocombustibles.nireblog.com

Notas:

(1) Ibáñez Juan J., Dr. (CSIC-Universidad de Valencia), “Tierras Marginales: un Concepto Peligroso y Confuso”, http://weblogs.madrimasd.org/universo/archive/2008/06/01/93491.aspx (1-6-2008) and “Tierras Marginales y Biocombustibles de Segunda Generación: Otra Gran Mentira”

http://weblogs.madrimasd.org/universo/archive/2008/06/04/93758.aspx (2) FAO Report, Andrea Rossi & Yianna Lambrou,“Gender and Equity Issues in Liquid Biofuels Production – Minimizing the Risks to Maximize the Opportunities” (4- 2008) ( http://www.fao.org/newsroom/es/news/2008/1000830/index.html )

(3) Global Forest Coalition, “The True Cost of Agrofuels: Impacts on Food, Forests, Peoples and the Climate ”, (2007) (http://www.globalforestcoalition.org/img/userpics/File/publications/Truecostagrofuels.pdf)

(4) http://www.grr.org.ar/documentos/LAS%20SOLUCIONES%20MAGICAS.htm

(5) Norma Giarranca, “Agrofuels in Latinamerica”, july 2007, ( http://www.grain.org/seedling/?id=491 )

(6) Desalojos y violencia contra comunidades indigenas en el norte de Argentina Noticias Urgentes del colectivo de CAPOMA- Jujuy, Argentina, august 2008 ( www.lasojamata.org )

Recursos acerca del monocultivo de la soja en: http://stop-agrocombustibles.nireblog.com/post/2008/03/04/documentacion-acerca-de-la-soja#more

(7) “Los usurpados del Chocó”, Revista Semana, http://www.semana.com/noticias-nacion/usurpados-del-choco/121717.aspx

(8) “Los están matando”, Revista Semana, http://www.semana.com/noticias-nacion/estan-matando/121735.aspx

martes, 9 de febrero de 2010

SOBRE LAS CAUSAS DE LA GUERRA SOCIAL

El país sufre día tras día la inclemencia de la violencia, la criminalidad y la impunidad. Las extorsiones y las muertes no cesan y el clamor de la ciudadanía ahoga los esfuerzos de los cuerpos de seguridad por contener este flagelo cotidiano.

Para enfrentar esta tragedia diaria, es necesario reflexionar sobre sus causas para aplicar planes que se aboquen a resolver de raíz esta problemática…

… A partir de la firma de los Acuerdos de Paz, toda la sociedad ansía construir una nueva historia, donde se hagan realidad las promesas de ARENA del desarrollo y crecimiento económico-social para toda la población. Así, con “borrón y cuenta nueva” se encara la reconstrucción del país.

La ONU invade El Salvador (ONUSAL) para dar seguimiento a la concreción de los acuerdos firmados por el FMLN y el Gobierno. Se elaboró “El Reporte de la Comisión de la Verdad para El Salvador” en el cual se establece que el 90% de los crímenes que se cometieron durante la guerra son responsabilidad de la Fuerza Armada de El Salvador. Se declaró una ley de amnistía; se desmovilizó la guerrilla; el ejército se redujo, tanto en sus funciones constitucionales como en la cantidad de sus miembros y se acuarteló. Se desmontaron los cuerpos de seguridad y se formó la PNC. Comienza el periodo de paz.

¿Pero, en verdad estábamos en paz? La firma fue básicamente sobre tres aspectos:

  • Cese del enfrentamiento armado.
  • Incorporación del FMLN a la vida civil, asumiendo y respetando la validez de la autoridad emanada de la Constitución de la República.
  • Reformas constitucionales que permitieran asegurarle a la población sus derechos civiles y políticos.
El punto que no se tocó a profundidad fue lo concerniente al sistema económico, bajo la premisa de que una vez dentro de la sociedad civil, el FMLN podría promover los cambios necesarios. En el capítulo V Económico y Social, se acordaron reivindicaciones sociales y económicas, de manera muy frágil; pero no se abordó el sistema económico como tal, es más se reconoció, en el texto del acuerdo, la vigencia del modelo neoliberal.

Para cuando ONUSAL abandona el país tenemos: una sociedad polarizada cuyo tejido social está destruido; condiciones de pobreza y riqueza extrema, entre las cuales crece y se profundiza una enorme brecha; dos ejércitos desmovilizados que durante más de 12 años vivieron en una agresión permanente, con un ejército nacional que sufrió un constante proceso de deshumanización teniendo en la Escuela de las Américas a su mentora; circunstancias a las que hay que sumar los desmovilizados de los cuerpos de seguridad señalados como violadores de derechos humanos: la Policía de Hacienda, Policía Nacional, y la Guardia Nacional, dependientes todos del Ministerio de Defensa, y que con la ley de amnistía sus miembros se incorporan a la vida civil como si nada hubiera pasado.

Sobre esta situación social ARENA aplica sin miramientos la política económica impuesta desde el imperialismo estadounidense en su concepción más extensa: el neoliberalismo, con una serie de medidas precisas enmarcadas dentro de lo que se conoció como el “consenso de Washington”. ARENA se enfiló hacia el crecimiento y desarrollo económico, pero no para toda la población, sino para los grandes capitales tanto nacionales como transnacionales, creyendo ciegamente en la famosa idea del “rebalse”, que hasta la fecha no ocurre.

En el aspecto económico, entre otras cosas, se cambió la economía agrícola por una economía de bienes y servicios dolarizada dentro de un “libre mercado” en el que se comercian principalmente productos de importación, que traen los grandes capitales salvadoreños. Al hacer esto se deja sin fuentes de trabajo a la gran mayoría de los desmovilizados de ambos ejércitos, en su mayoría campesinos y campesinas. Otro elemento fundamental dentro del neoliberalismo para privilegiar al mercado, es la reducción del Estado. Éste no solo se redujo, sino que además, comienza un proceso de deterioro institucional para garantizar el libertinaje del mercado, la corrupción y la impunidad. Se manejó el Estado de manera patrimonialista, al servicio de una minoría, que durante 20 años abrió los espacios para el crecimiento de la corrupción y el crimen organizado.

Ni ARENA ni la oligarquía se preocuparon nunca por la reconstrucción del tejido social, ni por superar las causas económicas, que sumadas a las políticas, propiciaron la guerra. No se crearon programas de reinserción social para los desmovilizados de los grupos armados que fueron deshumanizados durante el conflicto y que ven en la violencia la manera de resolver los problemas, y que además, han “educado” a una parte de la generación que esta creciendo luego de la guerra. Propiciaron el desarrollo del crimen organizado al debilitar la institucionalidad del país, al permitir y fomentar la impunidad. Y al no combatir las causas de la pobreza crearon y mantuvieron condiciones de riesgo que presionan a hombres y mujeres al camino equivocado o en el mejor de los casos, a la migración, destruyendo la unidad familiar, ligada también al nacimiento de las denominadas maras o de las pandillas.

Durante 20 años ARENA se ha vanagloriado de ser quien reconstruyó a El Salvador después de la guerra y de alcanzar la estabilidad macroeconómica propicia para desarrollar la microeconomía, pero en realidad han sido las remesas las que han mantenido en pie nuestro país, Son nuestros/as compatriotas quienes huyendo, de la guerra primero y de las políticas económicas de ARENA después, encontraron un mejor futuro en suelo extranjero, ¡a pesar de la xenofobia, los abusos y la violación a los derechos humanos de que son objeto nuestros/as compatriotas! Para todos y todas es claro que sin las remesas nuestro país no camina ¿entonces cuál es el verdadero valor de las políticas impulsadas por todos estos gobiernos de derecha?

En consecuencia, el problema de la violencia y la criminalidad que ahora nos ahoga tiene sus raíces en varios aspectos fundamentales:
  • Fue un gran error de toda la sociedad asumir que después de la guerra comienza un periodo de paz, cuando en realidad se estámos dentro de un periodo de Guerra Social producto de la postguerra olvidad. No haber dado oportunidad a este proceso tiene graves consecuencias actuales. Al no asumir el periodo de postguerra no se crearon los mecanismos necesarios para reintegrar a los ejércitos desmovilizados a la vida civil y productiva de manera adecuada, ni se contempló la manera en que debía reconstruirse, no solo el tejido económico, sino también el tejido social que debe unir a la población del país.
  • La aplicación de un programa económico agresivo contra el ser humano y su medio ambiente en una sociedad deshumanizada solo puede tener como consecuencia el incremento de la agresividad y la violencia dentro de la vida diaria.
  • La migración de salvadoreñas y salvadoreños, como política de gobierno, expulsando compatriotas como forma de aumentar las remesas; esto ha provocado desintegración familiar, abandono de las y los hijos.
  • Los gobiernos de derecha en la ambición de favorecer al mercado y a la gran empresa privada desmontaron el constitucional Estado de bienestar y se negaron a darle cumplimiento, convirtieron los derechos humanos en mercancías, deterioraron la institucionalidad del Estado, y dentro de ella fundamentalmente a la PNC y al sistema judicial, favoreciendo a la corrupción y al crimen organizado, en detrimento de la construcción de una Democracia sólida dentro de un Estado de Derecho.
  • No se crearon políticas para luchar contra la pobreza, el desempleo y la reducción de la brecha entre ricos y pobres, lo que incide directamente en el aumento de las condiciones de riesgo que favorecen el aumento de la delincuencia común, las maras o pandillas y el crimen organizado.
  • El combate del delito basado exclusivamente en la represión, rechazando la prevención y la reinserción socio-económica. Faltó integralidad en las políticas de seguridad ciudadana.
En la ansiedad por dejar atrás la guerra no se preparó al país para enfrentar el futuro. Se caminó sin reparar en la carga histórica sobre sus espaldas, hasta que se ha hecho demasiado pesada y ahora nos esta ahogando. Para corregir esto se deben atacar las causas reales de raíz. Para ARENA bastaba con aplicar programas de mano dura, sin preocuparse por políticas que recuperaran la agricultura, generaran empleo, fortalecieran la institucionalidad del país, mejoraran la educación y crearan identidad cultural. Por el contrario optó por forjar una economía de consumo, especulación financiera, y un mercado de monopolios y oligopolios, que se sostienen gracias a las remesas.

Por tanto, ahora los planes para enfrentar esta guerra social que sufrimos deben estar encaminados a:
  • Reconocer que vivimos un periodo de POSTGUERRA, donde las condiciones económicas y sociales que fueron parte de las causas que provocaron la guerra se mantienen, y donde no ha habido reconstrucción del tejido social.
  • Reconocer que El Salvador desde el 2005 ha sido calificado como Estado fallido (Estado altamente inestable). Reconocimiento que debe traer consigo las medidas urgentes y profundas para salir de esa situación.
  • Las políticas preventivas de seguridad deben caminar de la mano con las políticas económicas concentrándose en la generación de empleo y seguridad familiar.
  • Las políticas represivas de seguridad deben enfocarse en el combate a la cabeza del crimen organizado, de los “capos del narcotráfico” a los que nadie menciona, que están utilizando a las maras o pandillas como punta de lanza, pero también como cortina de humo del verdadero fondo de la criminalidad en el país como el contrabando de mercancías, la corrupción estatal, los secuestros y las extorsiones; así como mantener la persecución de la delincuencia común.
  • Implementar programas de educación contra el machismo, la violencia contra la mujer, niñas y niños que fueron quienes más sufrieron las violaciones a sus derechos durante el conflicto. Así como programas de reconciliación social y construcción de paz social.
  • Luchar contra la corrupción es indispensable para la economía, la ciudadanía entera debe exigir la investigación de los gobiernos de ARENA para desarticular las redes de corrupción estatal y evitar que en este gobierno se formen otras nuevas.
  • A que la empresa privada pierda el miedo a discutir los temas de reivindicación social que defiende la izquierda, se darán cuenta que la búsqueda del crecimiento y desarrollo económico es parte primordial de esa agenda, pero además, que estos profundos temas, no tienen ideología. El miedo es un factor de control y dominación, pregúntense a quién le conviene que mantengan ese miedo.
La empresa privada y la oligarquía salvadoreña deben entender que si las condiciones de pobreza y exclusión social, el bajo nivel educativo y cultural además del poco desarrollo tecnológico-científico y la represión indiscriminada por ser pobre y joven se mantienen, la amenaza de una grave convulsión social, de una insurrección popular, pesará sobre sus cabezas siempre. Y no se trata de poner de moda entre la derecha palabras como “solidaridad” o “popular” o tener encuentros con “socialistas moderados” que exponen sus “logros económicos” en llamativos congresos. En sociedades como la chilena, donde existe una Democracia más desarrollada, la empresa privada sí PAGA LOS IMPUESTOS QUE DEBE PAGAR.

La situación del país exige medidas inmediatas e integrales. Pretender que la ola de violencia y crímenes corresponde solo a las maras o pandillas, es ver la realidad con demasiada estrechez, como viviendo en la caverna de Platón. Hay que hablar en voz alta del crimen organizado y del terrorismo social que fuerzas oscuras promueven para erosionar el apoyo popular que tiene este primer gobierno de alternancia.

Excelentísimo Sr. Presidente, deje aún lado la duda y haga lo que sabe que debe hacer ahora que cuenta con el apoyo de la mayoría de la población salvadoreña. El pueblo esta dispuesto a luchar por los cambios que sean necesarios para salir de esta terrible noche. No dude en poner un alto a esta barbarie, hemos luchado y hemos muerto, hombres y mujeres, pero seguimos con el brazo en alto, siempre dispuestos a vivir por la revolución.