lunes, 7 de diciembre de 2009

CAPITALISMO NEOLIBERAL vrs. DEMOCRACIA

El Salvador está enfrentando grandes retos en un momento trascendental de su historia. Por vez primera, desde la conquista y posterior colonización de nuestra tierra, la independencia, la guerra civil, la firma de la paz y tras 20 años de gobiernos de ARENA; la izquierda logra acceder al poder ejecutivo del país a través del FMLN junto a una alianza con la centro derecha y centro izquierda del país, dando pie a la posibilidad de consolidar nuestra democracia y construir un verdadero Estado de Derecho.

Sabemos sin embargo que las condiciones del país, en las que está inmerso este novel gobierno, no son para nada fáciles. La crisis global del capitalismo ha golpeado a todas las naciones, especialmente a aquellas más dependientes de los Estados Unidos como la nuestra; sumado a esto, la situación en que la derecha entrega el Estado es deplorable, con una deuda gigantesca y una muy debilitada institucionalidad; además del auge imparable -hasta el momento- de la criminalidad. Y para culminar un año de fuertes acontecimientos, sufrimos nuevamente, la tragedia por el embate de la naturaleza debido a nuestra profusa vulnerabilidad ambiental, incrementando la ya complicada situación con que la izquierda recibía el poder ejecutivo del país.

Está claro que los problemas que arrastra nuestra incipiente democracia no se pueden solucionar en 5 años y mucho menos en 6 meses, pero sí es posible marcar el camino hacia un nuevo horizonte. En este marco de crisis económico-social y de tragedia medio ambiental, es necesario que valoremos la viabilidad, para nuestro país, del sistema político económico que se ha venido aplicando desde el fin de la guerra: el capitalismo neoliberal. ¿En verdad ha ayudado a la consolidación de nuestra democracia? ¿Ha creado un verdadero libre mercado que permita el desarrollo y crecimiento económico para toda la población? ¿Ha reducido la brecha entre ricos y pobres? ¿Ha mejorado las condiciones de vida para todos y todas las salvadoreñas? ¿Ha fortalecido al menos la institucionalidad del país?

La crisis global del capitalismo, la deuda que tiene con la construcción de un Estado de Derecho; su incapacidad para distribuir la riqueza que generan hombres y mujeres, y su carácter patriarcal, dominante, excluyente y discriminatorio, nos obliga a hacer una reevaluación del mismo y a profundizar la relación que existe entre éste y el sistema democrático que tratamos de construir.

Como izquierda hemos hablado desde siempre acerca de que, los problemas en nuestro país son de carácter estructural, es decir, están en estrecha relación con la política económica impuesta. No es posible seguir negando que las acciones del capitalismo neoliberal, destruyen la identidad y autodeterminación de los pueblos y sus naciones, sobre explota sin misericordia los recursos naturales del planeta, y tiende al aumento de la concentración de la riqueza, la tierra y los medios de producción en un afán de hegemonía comercial que beneficia ampliamente los intereses económicos de las grandes transnacionales; algo que ya señalaban Marx y Engels desde 1848:

“La burguesía, al explotar el mercado mundial, […] destruye los cimientos nacionales de la industria. Las viejas industrias nacionales se vienen a tierra, arrolladas por otras nuevas, cuya instauración es problema vital para todas las naciones civilizadas; por industrias que ya no transforman como antes las materias primas del país, sino las traídas de los climas más lejanos y cuyos productos encuentran salida no sólo dentro de las fronteras, sino en todas las partes del mundo. Brotan necesidades nuevas que ya no bastan a satisfacer, como en otro tiempo, los frutos del país, sino que reclaman para su satisfacción los productos de tierras remotas. Ya no reina aquel mercado local y nacional que se bastaba así mismo y donde no entraba nada de fuera; ahora, la red del comercio es universal y en ella entran, unidas por vínculos de interdependencia, todas las naciones. […] La burguesía […] Aglomera la población, centraliza los medios de producción y concentra en manos de unos cuantos la propiedad. Este proceso tenía que conducir, por fuerza lógica, a un régimen de centralización política. Territorios antes independientes, apenas aliados, con intereses distintos, distintas leyes, gobiernos autónomos y líneas aduaneras propias, se asocian y refunden en una nación única, bajo un Gobierno, una ley, un interés nacional de clase y una sola línea aduanera.”

Aunque las derechas declaran la muerte de Marx, el Comunismo y el Socialismo desde hace décadas, al revisar sus postulados pareciera que no han pasado sino un par de años desde sus primeras publicaciones. La vigencia y actualidad de su pensamiento es tan palpable ahora, como las caídas de las bolsas mundiales. Por ejemplo, en el manifiesto, hace más de 160 años, se plantea la subordinación de los Estados a los intereses de la burguesía y sus capitales:

“Hoy, el Poder público viene a ser, pura y simplemente, el Consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa.”

Este planteamiento, a lo largo de los años no ha hecho otra cosa que no sea consolidarse. Los tratados de libre comercio son el mejor ejemplo de ello. Nuestro país para ratificar el TLC con EU tuvo que adecuar y cambiar su marco jurídico, comprometiendo y debilitando nuestra institucionalidad y soberanía:

“… la dimensión del CAFTA-DR […] no significa solamente en acuerdo comercial sino que afecta el andamiaje jurídico de nuestros países, comprometiendo su soberanía al servicio de empresas transnacionales.”

La gran pregunta ahora es, si desde hace tanto tiempo la izquierda viene planteando los problemas del capitalismo, ¿Por qué no ha podido superarlo? La fuerza del capitalismo reside en su capacidad de encubrir, trastocar y transmitir como “sus valores y principios”, aspectos ideológicos, políticos y económicos, como la libertad individual, el libre comercio, la propiedad privada, la libre expresión y demás; como derechos comunes a todos y todas. De tal manera que en la sociedad, las personas, la mayoría de hombres y mujeres, asumen, interiorizan e identifican que los intereses y derechos que les atañen a ellos/as, son los que defiende el capitalismo; de manera tal, que éste logra representarse a sí mismo como el sistema económico y político que defiende un ideario de libertades que se construyen sobre un estamento democrático. En consecuencia, hablar de capitalismo es hablar de democracia. Por el contrario, pero en la misma línea, a partir de la guerra fría, el imperialismo estadounidense, señaló al socialismo como un sistema dictatorial, antidemocrático y represivo de las libertades humanas. El sistema totalitarista, frente al cuál había que luchar.

“… Si atendemos a la situación mundial después de la derrota del fascismo en 1945, el escenario internacional se polarizaba entre el capitalismo y el comunismo. […] mientras en Oriente los soviéticos utilizaban los términos según la dupla mencionada, […] En Occidente, la Guerra Fría fue presentada como una batalla entre la democracia y el totalitarismo. El bloque occidental no utilizaba el término “capitalismo” para autoreferenciarse, ya que éste era considerado básicamente un concepto del enemigo, un arma contra el sistema en lugar de una descripción del mismo. Occidente se expresaba en nombre del “Mundo Libre” y no del “Mundo Capitalista…”

A medida que la hegemonía de los EEUU se incrementaba luego de la segunda guerra mundial, las formas de dominación ideológica se fueron expandiendo. Sin duda que un fuerte complemento en la expansión del capitalismo moderno han sido los medios de comunicación. Al asumirse como “defensor del mundo libre” el imperialismo occidental, comienza una ardua lucha ideológica que impulsa a través de la maquinaria mediática, generando y manipulando la opinión pública, distorsionando los hechos de la realidad para defender sus posturas imperialistas, exponiéndolas como democráticas; mantenido a su disposición un sin fin de periódicos, revistas, radios y canales de televisión. Sin embargo, los medios de comunicación son solo una parte de lo que Louis Althusser define como los “Aparatos Ideológicos del Estado” y que sirven para la “reproducción de las condiciones de producción” junto con el sistema educativo, religioso, jurídico, sindicatos etc.

“…los aparatos ideológicos de Estado funcionan masivamente con la ideología como forma predominante pero utilizan secundariamente, y en situaciones límite, una represión muy atenuada, disimulada, es decir simbólica. (No existe aparato puramente ideológico.) Así la escuela y las iglesias “adiestran” con métodos apropiados (sanciones, exclusiones, selección, etc.) no sólo a sus oficiantes sino a su grey. También la familia... También el aparato ideológico de Estado cultural (la censura, por mencionar sólo una forma), etcétera.”

Al fracasar el socialismo real, estos aparatos ideológicos no tuvieron mayor oposición dejando el camino abierto a la expansión planetaria del capitalismo: la globalización de los mercados. Pero poco a poco la población mundial va comprendiendo que entre capitalismo y democracia existen grandes contradicciones y que los intereses del primero poco tienen que ver con los del segundo. Las luchas de los movimientos sociales comienzan a ser escuchadas por aquellas personas que por comodidad con el sistema, han preferido ignorarlas. Pero los problemas son tantos, que poco a poco va cayendo la máscara. No es posible seguir obviando que con tal de mantener sus privilegios el imperialismo norteamericano, bajo el argumento de la “defensa de sus intereses”, pisotea el derecho internacional con la ayuda de otros gobiernos, que aunque parecieran independientes, son simples lacayos que no pueden decir que no a las órdenes del amo. Pero los pueblos, tarde o temprano, abren los ojos y se ponen de pie.

“A comienzos de 2003 Europa ha visto las manifestaciones callejeras más grandes de toda su historia en contra de la guerra que se preparaba en Medio Oriente. En España, Italia, Francia, Alemania, Inglaterra, millones de personas salieron a las calles a expresar su oposición a la invasión de Irak –incluso muchos ciudadanos norteamericanos optaron por manifestarse en contra de esta guerra.”

Ahora bien, el estandarte del capitalismo es el libre mercado, ante el cual el Estado debe estar sometido, pues según las derechas, la dinámica de los mercados equilibra la vida social y permite el desarrollo y crecimiento económico para toda la población, sin necesidad de que el Estado intervenga, salvo para proteger las condiciones que este sistema requiera para funcionar. Pero… ¿realmente es así?

Para valorar la realidad de los planteamientos de las derechas vamos a remitirnos a las tesis de las 4 contradicciones que establece Atilio A. Boron entre los Mercados y la Democracia . Para este autor la incompatibilidad de estos sistemas se expresa en los siguientes términos:

1. ¿Poder ascendente o descendente? Mientras que la democracia es un sistema que tiene por base la igualdad jurídica y la plena autonomía de los/as ciudadanos/as en donde los y las mismas participan en la construcción de la autoridad pública, a través de diversos medios -votaciones, cabildos, debates, elección de representantes, que en teoría deben responder al mandato popular-. Es decir que el poder de la democracia se construye de abajo hacia arriba (lógica ascendente) dado que al final el pueblo cede, delega, su derecho a la opinión y decisión a una persona o grupo de personas, en las que percibe reflejado su pensamiento, para guiar el rumbo del País. Por el contrario en el mercado el poder se concentra arriba, obedeciendo a una lógica descendente: son los grupos que se benefician con el funcionamiento del mismo quienes tienen “capacidad de "construirlo", organizarlo y modificarlo a su imagen y semejanza, y lo hacen de arriba hacia abajo con criterios diametralmente opuestos a los que presiden la constitución de un orden democrático”.

De tal manera que si en la democracia el poder reside en la base popular que lo construye, de cara a la satisfacción de las necesidades de todas y todos los miembros que la componen, en el mercado el poder esta en aquellos que se benefician de él. En el mercado no existe ninguna pretensión de igualdad e inclusión, propia de un orden democrático; en el mercado rige la ley del más fuerte, y el más fuerte, es el que logra manipularlo a su conveniencia.

2. ¿Participación o exclusión? La lógica de la democracia es “incluyente, abarcativa y participativa, tendencialmente orientada hacia la creación de un orden político fundado en la soberanía popular”. Es importante tener claro, cuando hablamos de democracia, que es lo que esperamos de ella. El capitalismo utiliza este concepto para justificar su hacer, bajo la premisa del desarrollo democrático, impulsa medidas económicas de las que se benefician solamente los grandes capitales transnacionales y donde la soberanía popular no representa ni vale nada. El neoliberalismo se ha encargado de presentar a la política y a la administración pública como algo totalmente ineficiente y corrupto. Contrario a la empresa privada, quien debe tener mayor peso en la sociedad, pues es mucho más eficiente y libre de corrupción. Logrando de esta manera que los y las ciudadanas no participen en la discusión de los asuntos públicos, autoexcluyéndose de la toma de las grandes decisiones.

La búsqueda de la construcción de un poder popular por parte de la democracia busca la inclusión y participación de todos los sectores de la sociedad que dan cuerpo a un país, por el contrario en el mercado no existe una dinámica de inclusión o de participación de todos o todas; “… prevalecen la competencia, la segmentación y la selectividad, el mercado opera sobre la base de la competencia y la "supervivencia de los más aptos", y no está en sus planes promover el acceso universal de la población a todos los bienes que se transan en su ámbito. Como reza el neoliberalismo, el mercado es un espacio privado y para ingresar en él es preciso adquirir un billete de entrada […] La participación en el consumo, a diferencia de la participación en la vida democrática, lejos de ser un derecho es en realidad un privilegio que se adquiere de la misma manera que cualquier otro bien en el mercado. Si en la democracia la participación de uno exige y potencia la participación de los demás, en el mercado el consumo de uno significa el no consumo del otro”.

3. ¿Justicia o ganancia? La democracia al tratar de construir un poder popular que organice el funcionamiento de la sociedad y el Estado, toma como base el valor de la justicia, es decir que cada ciudadano y ciudadana dentro de una democracia al ser en esencia igual jurídicamente, tiene acceso a los mismos derechos y responde a las mismas obligaciones que todos y todas las demás, sin exclusión o discriminación por género, preferencia o identidad sexual; ni por creencias religiosas, edad, clase o estatus social, pertenencia étnica y/o capacidades especiales. En este sentido la justicia se convierte en principio generador y fin último de la democracia. “…es muy improbable y más que problemática la sobrevivencia de la Democracia en una sociedad desgarrada por la injusticia, con sus desestabilizadores extremos de pobreza y riqueza…”

Todo lo contrario al mercado, en donde la justicia es algo totalmente ausente en su propia dinámica, tanto por su estructura como por su lógica interna y los fines que persigue. Si en la democracia el principio y el fin, es el logro de la justicia, en los mercados el principio y el fin es la ganancia, “…el rédito y no la equidad. La justicia es una molesta distorsión "extra económica" que interfiere en el cálculo de costos y beneficios y que sólo puede tener un efecto paralizante en la dinámica impiadosa de los mercados”.

Entonces, ¿puede funcionar un sistema cuya última finalidad es el lucro sin tomar en cuenta las consecuencias que genera la filosofía del “fin justifica los medios”, dentro de una sociedad que busca construir, sobre el pilar de la justicia, un Estado Democrático? ¿Puede el capitalismo neoliberal conducir a una sociedad donde prive la justicia, cuando para mantener su propia dinámica necesita de una masa de hombres y mujeres cuya única propiedad sea su fuerza de trabajo, para venderla cuando el empresario necesite comprarla, al precio que éste último impone?¿Cuándo para mantener las multimillonarias ganancias de las transnacionales, debe mantenerse una creciente ansia de consumo, en una población que piensa que eso es la libertad, el consumismo de una gran cantidad de artículos suntuosos y que al obtenerlos, obtiene también una posición de prestigio y privilegio por sobre los demás que no pueden tener acceso a ellos, pues no trabajan lo suficiente para pagárselos? Esa es la libertad capitalista: el consumismo. La justicia no es algo que entre en ese esquema, pues no genera riqueza al sopesar el principio del costo-beneficio.

4. ¿De la polis a los mercados o de los mercados a la polis? A lo largo de los años, la lucha de los y las trabajadoras, las feministas, los sindicatos, los partidos de izquierda, las organizaciones que representan a diversos sectores populares han ido cosechando triunfos por los cuales “una amplia gama de exigencias y necesidades consideradas "privadas" en el capitalismo decimonónico –como la salud, la educación, la seguridad social, la recreación, etc. – se convirtieron en bienes colectivos”. Estas luchas demuestran la lógica expansiva que tiene la democracia, es decir que las victorias logradas por unos y otras, se extienden al resto de la sociedad, y no son logros que se restringen al sector o grupo que los alcanzó.

Sin embargo, en la contra ofensiva del capitalismo neoliberal, se da todo lo contrario, un fuerte impulso privatizador de aquellos derechos ya alcanzados, al tiempo que se da un retroceso en la fortaleza del Estado, desprendiéndose éste de sus funciones como garante de los derechos ciudadanos, en beneficio de una mercantilización de los mismos, dándole a la empresa privada la responsabilidad de administrarlos, pero bajo una visión de productos de consumo, en lugar de derechos civiles o humanos: “Derechos, demandas y necesidades previamente consideradas como asuntos públicos se transformaron, de la noche a la mañana, en cuestiones individuales ante las cuales los gobiernos de inspiración neoliberal consideran que nada tienen que hacer salvo, eso sí, crear las condiciones más favorables para que sea el mercado quien se encargue de darles una respuesta. Si antes la salud, la educación o el más elemental acceso al agua potable eran derechos consustanciales a la definición de la ciudadanía, la colonización de la política por la economía los convirtió en otras tantas mercancías a ser adquiridas en el mercado por aquellos que puedan pagarlas.”.

Como podemos ver, las tesis de este autor, nos muestran la gran contradicción que existe entre la democracia y los mercados capitalistas neoliberales, y como éstos, lejos de construir una sociedad donde prive la justicia, construyen sociedades consumistas y desequilibradas, donde los objetivos individuales son la obtención de ganancias que permitan el acceso a los privilegios que vende el capitalismo como libertades democráticas. ¿Es esto lo que queremos para nuestro país?

Para la izquierda revolucionaria salvadoreña está claro que este gobierno no representa aún los intereses de las grandes mayorías populares, pero puede sentar las bases para la construcción de un verdadero Estado de Derecho al fortalecer al menos la institucionalidad del país, incluyendo la visión de género a sus políticas, exigiendo un verdadero trabajo y un adecuado funcionamiento a una Fiscalía General de la República o a la Corte de Cuentas; modernizando a la PNC; reformando el sistema educativo para formar hombres y mujeres analíticas y criticas que hagan algo más que adaptarse al sistema, fortaleciendo a la Universidad Nacional de El Salvador y a otras instituciones importantes dentro de un sistema democrático. Pero hay que tener claro que mientras no se cambie el sistema político económico los grandes problemas estructurales de nuestro país no encontrarán solución, ni a corto ni a largo plazo.

La reconstrucción que ahora inicia nuestro pueblo debe darse sobre una nueva visión político-económica, que estimule el desarrollo de una economía verde, con políticas de sustentabilidad y recuperación medioambiental, que potencien modelos alternativos al capitalista para la generación de riqueza, reevaluando al mismo tiempo la concepción de la “riqueza” que el ser humano es capaz de crear. Que desmonte el estado patriarcal y donde se apliquen políticas de seguridad, inclusión y participación político-social, sin exclusiones por género, edad, preferencia o identidad sexual o creencias religiosas y/o pertenencia étnica. Donde se fortalezca la institucionalidad estatal, para garantizar los derechos a los que todos y todas debemos tener acceso. Sólo así el desarrollo y crecimiento económico será equilibrado, justo, solidario, equitativo y amigable con el medio ambiente y el ser humano.

En estos primeros meses se han dado pequeños pero importantes avances en lo que respecta a la identidad política de este novel gobierno de izquierda; como una nueva visión para administrar los problemas del sistema carcelario; la postura firme para impulsar una reforma fiscal necesaria, aunque todavía superficial y por ende insuficiente; el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba; el rescate de la dignidad de algunas de las víctimas que fueron asesinadas durante la guerra, como es el caso de monseñor Romero, los padres jesuitas y sus asistentes; una nueva visión también, en la Academia Nacional de Seguridad Pública, que busca humanizar la formación de los y las agentes de la Policía Nacional Civil; la construcción de un escenario como el CES (Consejo Económico y Social) donde se le abren las puertas a los movimientos sociales, sindicatos, Ong’s, empresa privada y otras más, para discutir las políticas que el gobierno planea implementar.

Pero, también hay deudas, como la construcción de la presa el chaparral so pretexto de la necesidad energética; no existe una investigación formal sobre la corrupción durante los gobiernos de ARENA; la falta de una política exterior fuerte e independiente, correspondiente con los intereses nacionales; la salida del ejército nacional a las calles para combatir el auge de la delincuencia y la criminalidad.

Es un largo camino el que hay que recorrer para la construcción de un Estado Democrático, es necesario comenzar de una vez. Frente a toda esta problemática ¿cual es la opción si el denominado socialismo real ya fracaso? ¿El socialismo del siglo XXI? Esa es la discusión que deseamos introducir.

martes, 10 de noviembre de 2009

ESTADO DE CALAMIDAD EN EL SALVADOR



Nuestro país enfrenta nuevamente una tragedia, producto de la fuerza de la naturaleza y la vulnerabilidad a la que estamos expuestos por las pocas o nulas políticas de prevencion de desastres y asistencia a las víctimas, con que cuenta nuestra legislación.

Es de agradecer la solidaridad de las personas que no han sufrido las consecuencias de estas torrenciales lluvias y que han aportado lo que han podido para ayudar a aquellos/as que han perdido sus pertenencias en esta catástrofe.

Las pérdidas humanas son irreparables y es lo más lamentable en esta situación. Es tiempo que como país exijamos a las autoridades la implementación de políticas que realmente protejan la vida y las propiedades de nuestros conciudadanos/as ante estos fuertes hechos de la naturaleza.

Quiero agradecer también la solidaridad internacional, que se ha mostrado presta a brindar su apoyo, económico, técnico o de asistencia alimentaria a nuestro país, muchas gracias a todas aquellas manos que se nos han extendido en esta hora de sufrimiento.

Como siempre El Salvador se levantará de esta hora oscura y verá con nueva cara la luz de la vida y la esperanza, con la convicción de que estas desgracias no deben volver a ocurrir, no sin estar verdaderamente preparados para enfrentarlas.

¡¡¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE EL SALVADOR, Y HA VIVIR POR LA REVOLUCIÓN!!!

jueves, 29 de octubre de 2009

LA LUCHA POLÍTICA ES IDEOLÓGICA

La lucha por mejorar las condiciones del ser humano es una lucha ideológica, porque es una lucha de dominación de ideas: la idea de que el capitalismo es libertad y democracia y de que el socialismo es dictadura y represión ha sido impuesta por el primero desde los comienzos de la guerra fría para defender los intereses de los grandes capitales transnacionales. Pero en realidad es todo lo contrario. No es posible hablar de humanización y respeto al medio ambiente sin hablar de la lucha por cambiar las condiciones económicas, sociales y políticas que impone el capitalismo.


El socialismo como sistema económico y político tiene sus fallas como las tiene cualquier otra cosa hecha por un ser humano; pero la visión del socialismo es precisamente la de humanizar a la humanidad, proteger los recursos naturales y distribuir mejor la riqueza para proporcionar iguales oportunidades de desarrollo a cada hombre y mujer en nuestros países. Pero todo esto implica limitar la libertad de la expansión y dominación del capital, y eso es contra lo que realmente luchan aquellos que concentran el poder económico en el mundo.


El capitalismo para funcionar necesita una masa de hombres y mujeres pobres que no dispongan de nada más que su fuerza de trabajo para sobrevivir. Las condición de pobreza es la base primaria sobre la que se construye el sistema de dominación capitalista. La llave para superar esta situación de pobreza es la educación.


Pero en nuestro país la buena educación es un privilegio, y por tanto las posibilidades de obtener los medios para salir de la pobreza no son accesibles para todos y todas por igual. Una buena educación social y académica no solo abre puertas laborales, también influye en la preparación para formar una familia, reduce los niveles de violencia, humaniza y crea conciencia sobre la necesidad de proteger el medio ambiente, pero sobre todo crea independencia, libertad; pues pone en las propias manos, la posibilidad de forjar una vida laboral lejos del sometimiento a aquellos que detentan la concentración del capital y de los medios de producción.


Para cambiar el mundo es imperativo el involucramiento en el activismo social y comunitario, y es sobre todo con la fuerza de la juventud que se pueden movilizar esos cambios, pues es durante la juventud que el ser humano es más "revolucionario", donde tiene el deseo de cambiar el mundo, en lugar de acomodarse a él.

En El Salvador vivimos en guerra durante más de 12 años. Luchamos contra la represión política, social y económica que aún impone la oligarquía a nuestras vidas. Poco a poco las condiciones en nuestro país van cambiando, gracias a lucha que se ha hecho contra el capitalismo y la hegemonía imperialista de los EEUU.


No hay que creer todo lo que se ve y oye en los medios, Venezuela no es el infierno que pintan los gringos, ni lo es Cuba o Bolivia. No hay que temerle al socialismo, porque si la humanidad como humanidad quiere sobrevivir en nuestro planeta, como dice Chávez el socialismo es el camino que debemos recorrer.

Los cinco errores fatales de las finanzas, o de cómo el sirviente se convirtió en depredador

William K. Black
The Huffington Post
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=94047

¿Cuál es exactamente la función del sector financiero en las finanzas? Sencillamente ésta: su única función consiste en proporcionar capital de modo eficiente para ayudar a la economía real. El sector financiero es una herramienta para ayudar a los que fabrican herramientas de verdad, no un fin en sí mismo. Pero cinco errores fatales en la actual estructura del sector financiero han creado un monstruo que drena la economía real, promueve el fraude y la corrupción, amenaza a la democracia y provoca crisis recurrentes cada vez más agudas.

1. El sector financiero perjudica a la economía real

Incluso cuando no se encuentra en crisis perjudica el sector financiero a la economía real. En primer lugar, es con mucho demasiado grande. El sector funciona como intermediación, sirve esencialmente de "intermediario". Como todos los "intermediarios", debería ser lo más pequeño posible mientras pudiera seguir llevando a cabo su misión. Si no, es intrínsecamente parasitario. Por desgracia, ahora es enormemente mayor de lo necesario, dejando pequeña a la economía real a la que se supone ha de servir. Hace cuarenta años nuestra economía real mejoró con un sector financiero que recibía unos beneficios totales que eran en porcentaje (2%) una ventésima parte de lo que recibe el actual sector financiero (40%). La medida mínima para cuantificar el daño que el abotargado sector financiero, remunerado en exceso, causa a la economía es el masivo incremento en la porción del total de la renta nacional desfilparrado por el parasitismo del sector financiero.

En segundo lugar, el sector financiero es peor que un parásito. En el título de su reciente libro, The Predator State (http://books.simonandschuster.com/Predator-State/James-Galbraith/9781416566830), James Galbraith pone acertadamente nombre al problema. El sector financiero funciona como los afilados caninos que el estado depredador utiliza para desgarrar la nación. Además de desviar capital en su propio beneficio, el sector financiero asigna inapropiadamente el capital restante de modo y manera que daña la economía real con el fin de remunerar a las élites financieras ya enriquecidas que perjudican a la nación. Los hechos son alarmantes:

• La recompra de valores empresariales y la concesión de títulos a agentes han excedido al capital nuevo recaudado por los mercados de capital en esta década. Eso significa que los mercados de capital descapitalizan a la economía real. Con excesiva frecuencia, actúan de ese modo con el fin de enriquecer a aquellos corruptos de las empresas con acceso a información confidencial por medio de fraude contable u opciones de compra con la fecha cambiada.

• La economía real norteamericana sufre una escasez crítica de empleados con formación matemática, de ingeniería y científica. Los licenciados en estos tres campos escogen con suma frecuencia hacer carrera en las finanzas en lugar de en la economía real, dado que el sector financiero proporciona a sus ejecutivos remuneraciones bastante más cuantiosas. Quienes poseen esa formación cuantitativa trabajan prácticamente todos en idear esa clase de modelos financieros que contribuyeron de forma considerable a la crisis financiera. Tomamos a aquellos que deberían estar ocupándose de la investigación y desarrollo esenciales para el éxito de nuestra economía real (contando en ello el logro con éxito de hacerla sostenible) y los ponemos en cambio en actividades del sector financiero en el que, merced a los incentivos perversos del sector, dañan todavía más tanto al sector financiero como a la economía real. Michael Moore apunta esta observación en su última película, Capitalism: A Love Story.

• La fijación del sector financiero por las ganancias contables le lleva a presionar a las empresas norteamericanas de fabricación y servicios para exportar empleos fuera del país, para negar capital a las empresas con sindicación y animar a las empresas a recurrir a paraísos fiscales para evadir el pago de impuestos en los Estados Unidos.

• Asigna impropiamente capital al crear burbujas financieras recurrentes. En lugar de hacerlo fluir a aquellos sectores que son más útiles a la economía real, se dirige el capital a las inversiones que crean las mayores ganancias contables fraudulentas. El sector financiero es especialmente propenso a suministrar fondos en cantidad excepcional a lo que yo llamo “fraudes de control” en la contabilidad. Los fraudes de control son entidades aparentemente legítimas utilizadas por aquella gente que las controla como “armas” de fraude. En el sector financiero, los fraudes contables son las armas escogidas. Los fraudes de control en la contabilidad resultan tan atractivos para prestamistas e inversores porque producen “beneficios” de contabilidad sin parangón, garantizados y a corto plazo. Se optimizan creciendo rápidamente como otros esquemas de Ponzi, concediendo préstamos a quienes los solicitaban con pocas probabilidades de devolverlos (una vez estalla la burbuja), y dedicándose a un extremado apalancamiento. A menos que haya regulación y acciones judiciales, esta inapropiada asignación crea una epidemia de fraudes en el control de la contabilidad que hipertrofia las burbujas financieras. El FBI comenzó a avisar de una “epidemia” de fraudes hipotecarios en sus comparecencias ante el Congreso en septiembre de 2004. Informa también de que el 80% de las pérdidas por fraude hipotecario se producen cuando el personal crediticio está implicado en el fraude. (El otro 20% del fraude habría sido imposible si estos prestamistas no corrompieran sus sistemas de aseguramiento de riesgos y sus controles internos y externos con el fin de maximizar el crecimiento de sus malos préstamos).

• Debido a que el sector financiero se preocupa casi exclusivamente de los altos rendimientos y “beneficios” de contabilidad, asigna impropiamente capital desviándolo de firmas y empresarios que podrían hacer más por mejorar la economía real (reduciendo, por ejemplo, los beneficios a corto plazo financiando la costosa investigación y desarrollo que puede producir bienes innovadores y una sostenibilidad superior) y podrían hacer más por reducir la pobreza y desigualdad (por ejemplo, merced a las finanzas de microcréditos, que dejarían en paro a los “prestamistas del día de paga” y a los depredadores prestamistas hipotecarios).

• Asigna capital impropiamente al asegurar enormes subsidios gubernamentales a las empresas financieras, sobre todo a aquellas que disponen del mayor poder político y fracasarían, si no, debido a la incompetencia y el fraude.

2. El sector financiero produce crisis económicas recurrentes y cada vez más agudas en el país y en el exterior.

La actual crisis no es más que la última de una larga lista de crisis económicas provocadas por el sector financiero. Cuando no es eficazmente regulado y fiscalizado, el sector financiero produce e hipertrofia burbujas que provocan graves crisis económicas. La actual crisis, de no haber sido por los rescates gubernamentales, globales y masivos, habría provocado un fallo catastrófico de la economía global. El sector financiero se ha vuelto mucho más inestable desde que se inició esta crisis y sus participantes han utilizado su capacidad de presión para convencer al Congreso de que truque sus reglas de contabilidad para esconder sus descomunales pérdidas. El secretario del Tesoro, Geithner, ha exacerbado el problema al declarar que las mayores instituciones financieras están exentas de suspensión de pagos independientemente de su insolvencia. Estos factores incrementan enormemente la probabilidad de que estas instituciones de riesgo sistémico (IRS) provoquen una crisis financiera global.

3. La depredación del sector financiero es tan extraordinaria que hoy impulsa al uno por ciento superior de la distribución de ingresos de nuestro país y ha impulsado buena parte del aumento de nuestra grotesca desigualdad de ingresos.

4. La depredación del sector financiero y su destacado papel a la hora de cometer y ayudar e incitar al fraude de control contable se combinan para:

• Corromper a las élites financieras y profesionales y

• Espolear el ascenso del darwinismo social en un intento de justificar el poder y opulencia de las élites. Los fraudes en el control de la contabilidad corrompen a contables, abogados y tasadores y crean lo que se conoce como “dinámica de Gresham”, el sistema en el que la mala moneda expulsa a la buena. Cuando se produce esta dinámica, los profesionales honrados quedan fuera y se deja prosperar a los tramposos. La remuneración de los ejecutivos se ha vuelto tan enorme, tan divorciada de la ejecutoria, y tan perversa que crea, a su vez, una dinámica de Gresham que anima a un extendido fraude contable por parte tanto de las compañías financieras como de las empresas de la economía real.

Conforme las élites del sector financiero se volvían obscenamente opulentas gracias a la depredación y fraude, aumentaron los incentivos psicológicos que las movían a abrazar un darwinismo social insano y antidemocrático. Aunque constituían los peores elementos de la esfera pública, cualquiera que sea la medida objetiva que se emplee, sus aduladores de los medios de comunicación y los receptores de sus donaciones políticas y caritativas les rendían heroico tributo. Los directivos financieros adoptaron e hicieron correr el mito de que eran más listos, más laboriosos e innovadores que el resto de nosotros. Repetían su historia de cómo habían llegado hasta lo más alto gracias exclusivamente a su brillantez y disposición a afrontar riesgos. No es que sus empleados estuvieran, nos decían, por encima de la media sino que eran excepcionales. Odiaban el colectivismo y adoraban a Ayn Rand.

5. Los directivos de las mayores empresas financieras son tan poderosos que representan un riesgo crítico para el sector financiero, la economía real y nuestra democracia.

Los directivos pueden, de manera directa, mediante sus empresas y “liando” con contribuciones a sus agentes y empleados, realizar fácilmente ingentes donaciones políticas, y usar sus empresas de relaciones públicas y cabilderos para manipular a los medios y a los funcionarios públicos. La capacidad del sector financiero para bloquear reformas de gran calado después de poner al mundo al borde de una segunda gran depresión demuestra lo excepcional de sus poderes para corromper casi todos los sectores críticos de la opinión pública y la vida económica norteamericanas. Los cinco mayores bancos de los Estados Unidos vienen a controlar aproximadamente la mitad de los activos financieros. Utilizan su poder político y financiero para dotarse de ventajas competitivas que les permiten dominar a los bancos más pequeños.

Este excesivo poder constituyó un factor primordial entre los que contribuyeron a la crisis en curso. La regulación eficaz de finanzas y títulos era anatema para la ideología de los directivos (y el mayor peligro para sus fraudes, riqueza y poder) y se propusieron con éxito destruirlo. Eso originó lo que los criminólogos denominan “entorno criminógeno” (un ambiente que engendra actividades delictivas) que provocó la epidemia de fraude de control contable que hipertrofió la burbuja inmobiliaria. El poder de la industria financiera y la progresiva corrupción se combinaron para producir los más perfectos delitos de cuello blanco. Presionaron con éxito a los políticos a fin de legalizar, por ejemplo, la obscenidad del “seguro de campesinos fallecidos” (en el que un patrón se queda con el seguro de un empleado y recibe una ganancia inesperada en caso de muerte prematura de esa persona) que Michael Moore denuncia con escalofriante detalle. Las asambleas legislativas de los estados cambiaron las leyes para permitir lo que era un puro timo fiscal y subsidiar a grandes empresas a expensas de sus contribuyentes.

Aviso: no hay que olvidar jamás la necesidad de arreglar la economía real.

Los esfuerzos por reformar la economía se centran casi enteramente en arreglar las finanzas debido a que el sector financiero se encuentra tan quebrantado que produce crisis recurrentes, cada vez más agudas. La última crisis nos dejó al borde de una catástrofe global, de modo que centrarse en las finanzas resulta evidentemente racional. Pero centrarse en las finanzas conlleva un grave riesgo. Recuérdese que el único propósito de las finanzas estriba en ayudar a la economía real, que crea bienes y servicios, nuestros puestos de trabajo y nuestros ingresos. La economía real descarriló hace al menos tres décadas para la gran mayoría de los norteamericanos.

Necesitamos un compromiso para arreglar la economía real garantizando que todo aquel dispuesto a trabajar pueda hacerlo y convirtiendo en sostenible la economía real, en lugar de provocar crisis medioambientales globales de forma recurrente. No debemos emplear todos nuestros esfuerzos de reforma en el sector financiero y asumir que si resolvemos sus defectos habremos resuelto las demás razones fundamentales por las que la economía real ha seguido siendo tan disfuncional durante décadas. Necesitamos trabajar simultáneamente en arreglar las finanzas y la economía real.

William K. Black es asesor del Roosevelt Institute y profesor de Economía y Derecho en la Universidad de Missouri-Kansas City. Criminólogo especializado en delitos de cuello blanco e inspector público en actividades de regulación financiera, es autor de The Best Way to Rob a Bank is to Own One [El mejor modo de asaltar un banco es ser su propietario].

CRISIS EN ARENA ¿FIN DEL PROYECTO?

¿Alguien, alguna vez, se imagino que los areneros y las areneras estarían tirándose bolsas de agua bajo la sombra del "palo de hule" frente a la Asamblea legislativa, contra otro movimiento de derecha? Eso ya dice mucho de los cambios que estamos viviendo en nuestro país.

Fuera de la tragicomedia, este suceso nos muestra el debilitamiento y fraccionamiento que tiene en este momento la derecha en su seno, donde la decisión de los doce diputados de ARENA de proclamarse independientes con las consecuencias acaecidadas en la Asamblea, son hasta ahora la mayor expresión.

¿Qué pierde la dirigencia arenera cuando pierde las elecciones? La credibilidad. Después de 20 años, en donde el país crece sólo en la publicidad; de campañas de miedo en lugar de debates políticos, de usufructuarse del Estado y la correspondiente impunidad... Aunque puedan alegar que la pérdida fue por una leve ventaja, El Salvador no creyó más.

Ahora junto con los 12 diputados independientes y el PCN el FMLN ha logrado romper, por el momento, la fortaleza de ARENA en la Asamblea Legislativa. Sin embargo la derecha sigue siendo de hecho, mayoría y la historia nos muestra que no hay pacto o alianza que no se pueda romper.

Hacia afuera, de cara a la población, ARENA pierde credibilidad pero hacia dentro, de cara a la dirigencia y la militancia, pierde estabilidad, rumbo e identidad. La derrota genera una pugna interna de poderes por el control del partido, donde los protagonistas son Cristiani y Saca; al tiempo que se genera un debate sobre la necesidad de modernizar al partido, ¿pero hacia donde, de que manera y quienes deben guiar? Pero lo más importante y más preocupante para las derechas, es que hasta ahora a la oligarquía parece no importarle mucho lo que sucede en este partido que durante tantos años le ha servido fielmente.

¿Si es el fin del proyecto arenero, que viene ahora, cuál será el referente partidario que utilizará la oligarquía para continuar su proyecto neoliberal?

ARENA sufre la peor crisis de su historia, pero ¿puede deberse únicamente a la pérdida del Ejecutivo? ¿és ésta crisis de ARENA crisis de toda la derecha? ¿quién es el pescador que sacará ganancia en este rio revuelto?

jueves, 17 de septiembre de 2009

SEÑOR ARZOBISPO, EL SALVADOR, ES UN ESTADO LAICO.

Como que Monseñor Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador, aun no ha tenido tiempo para identificar las prioridades nacionales; aquellas por las que la población está demandando a las y los funcionarios su actuar urgente y decidido para resolver problemas ingentes, aquellos que violentan la dignidad de la población, que le niegan el goce y ejercicio de sus derechos fundamentales.

Es indudable que para él, la ratificación de la reforma constitucional que prohíbe los matrimonios entre personas del mismo sexo, es su prioridad principal; pero ni Cristiana, ni moralmente, es una angustia fundamental para nadie que se precie de conocer la realidad que vive nuestro pueblo, y que tenga el interés genuino de contribuir a buscar solución a la grave problemática que todos los días agobia a la población.

Qué bueno sería, señor Arzobispo, que entrara de rodillas como lo está ofreciendo hacer, a suplicar la elección de un buen fiscal, de una persona valiente, honesta, capaz de desafiar los intereses del poder político y económico, que históricamente ha tenido secuestrada la institucionalidad del Estado; que bueno sería, que suplicara de rodillas la protección urgente, de nuestro Río Lempa, pues de no hacerlo, eso sí va a provocar una catástrofe, irreparable para todo el pueblo salvadoreño. Sería muy valioso, y le generaría el respeto de nuestro pueblo, si iniciara una lucha tenaz y decidida para que se suspenda la construcción de la presa el Chaparral, y todas las demás que la población no necesita; lejos de apoyar causas oscuras y vergonzosas, como la que ha iniciado, debería estar a la par del Padre Confesor y de su legítimo apostolado.

Es muy grave, señor Arzobispo, que en una aventura poco Cristiana y poco ética, esté promoviendo, que se le condicione al partido de Gobierno y al Gobierno mismo, la aprobación de los créditos internacionales y del presupuesto nacional, indispensables para la viabilidad de nuestro país, a que las y los diputados del FMLN, den sus votos para la ratificación de la reforma constitucional que usted impulsa. Si la solicitud tuviera acogida, en ningún momento se estaría castigando al Gobierno de la República, ni mucho menos al FMLN, a quien se castigaría es al pueblo salvadoreño, al pueblo pobre y marginado; más grave aún, se estaría legitimando el chantaje como la manera de solucionar los diversos problemas sociales de nuestro país ¡Que posición más injusta!

Es muy grave también, que uno de los jerarcas de la Iglesia Católica, irrespete de esta forma la Constitución de la República, olvidando o haciendo caso omiso, de que El Salvador es un Estado laico, que no es admisible la injerencia de la Iglesia, de ninguna iglesia, en la actividad estatal.

Al contrario de su actual posición, se esperaría que asuma su papel de Pastor de cuidar de todas las ovejas, en especial aquellas débiles y marginadas, poniendo en practica el mandato de Jesucristo amaras a tu prójimo como a ti mismo; o será acaso respetable Monseñor que las personas con preferencias sexuales diferentes ¿ no son sus prójimos?

Sin duda, la lucha del señor Arzobispo, es de doble moral, desdice de su investidura, pero principalmente, de su responsabilidad. Sería bueno entonces, que recordara a nuestro Monseñor Romero cuando dijo El pastor tiene que estar donde está el sufrimiento (Homilía 30 de octubre de 1977) Seguro que Monseñor Escobar Alas no está con las y los que sufren, pues si así fuera, no pediría que se castigue a la población salvadoreña, solicitando la NO aprobación de los préstamos internacionales y del presupuesto nacional; NO convertiría tal situación en un CHANTAJE, más en este momento en que las extorsiones están a la orden del día, y que todos los sectores tratamos de hacer un frente común para combatirlas.

Si acompañara a quienes sufren, vería con otros ojos esta realidad que con tanto encono rechaza; si lo comprendiera, no tendría esa cruzada inhumana como su lucha principal, pues discrimina, excluye y no reconoce la calidad de personas con dignidad que todas y todos tenemos, al margen de credos, ideologías o preferencias sexuales. Pero además, se ubicaría en las angustias de las y los salvadoreños.
Es cierto que la Iglesia y el Estado son dos entidades diferentes, y deben ser entendidas y atendidas de manera diferente. Pero, incluso comprendiendo que hay una justa y armónica separación entre ambas, no tiene por qué haber contradicción y menos buscar socavar y provocar conflictos. El mensaje de Jesús de dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, marca el camino para resolver discrepancias y para abrir espacios de respeto y de colaboración, eso es lo mínimo que esperamos de usted respetable Monseñor: Respeto y colaboración y no una injerencia perversa y egoísta.

¿Cómo se protege la familia Monseñor? ¿Con leyes que prohíban los matrimonios homosexuales? O ¿con políticas económicas que NO empujen a los y las salvadoreñas a la migración y el abandono de sus familias? O ¿distribuyendo equitativamente la riqueza nacional para combatir la extrema pobreza? O ¿protegiendo al medio ambiente, mejorando la educación, revalorizando la cultura; creando políticas de inclusión social con conciencia de género? O ¿Promocionando valores como el respeto, tolerancia e inclusión?

¡¡ En esas otras luchas, en las del día a día del pueblo salvadoreño, le estamos esperando Monseñor!!


San Salvador, 16 de septiembre 2009

MOVIMIENTO PATRIA EXACTA
PROFESIONALES, TÉCNICOS Y TÉCNICAS,
POR LA SOLIDARIDAD Y LA JUSTICIA SOCIAL

jueves, 3 de septiembre de 2009

Comentando editorial del DH: Respuestas al caos (Federico Hernandez, 01-09-09)

Es cierto, la extensión del caos y la oportuna respuesta son aspectos básicos para responder exitosamente ante él.

Sin embargo, la oportuna respuesta pende del tiempo en el que se ha desatendido el desorden, vale preguntarnos entonces ¿Cuándo inicia este desorden? Definitivamente hace 3 meses NO, por lo tanto no estamos ante el inicio del mismo. ¿Quién dejó pasar el tiempo y permaneció en la inercia, mientras el caos se desbocaba?

Para dejar atrás el trato superficial a los problemas del país, es necesario preguntarnos ¿Por qué se origina este caos? Este desorden no es coyuntural, es estructural, sistemático y sistémico; es decir, es producto de la histórica oligarquía reaccionaria del país, de la política capitalista neoliberal y de la corrupción que permitió ARENA durante sus años en el gobierno; ahora le toca a este nuevo gobierno enfrentarlo.

(Por cierto, anarquía NO es la ausencia total de orden, por el contrario la anarquía es una ideología política, que busca o buscaba un nuevo orden, pero no a través de un gobierno estatal, pues el medio de éste para mantener el status quo es la coacción; si no, mediante la libertad soberana de los individuos, a través de la cual, puedan llegarse a acuerdos o pactos políticos y sociales entre ellos mismos, sin que exista la presión de un estado coercitivo).

Obviamente nadie quiere ver al país dominado por el miedo y el alboroto. Sin embargo es para la derecha recalcitrante que estos factores se convierten en los medios ideales para regresar al poder ejecutivo, de todos es por demás conocido que si alguien sabe manipular a través del miedo y en complicidad con los medios de comunicación de ultra derecha es ARENA.

¿Reaccionar a tiempo? Ese momento ya pasó.

El problema de las maras es un proceso que se inició y desarrolló durante los 20 años de gobierno de ARENA; ahora bien, hay factores que están íntimamente ligados a esta problemática, son en principio: la desintegración familiar; producto de la alta migración que sufre nuestra sociedad; falta de oportunidades y opciones para la juventud en las áreas laboral, de educación y sana diversión, así como los niveles de extrema pobreza. Todos estos factores de riesgo, que son un subproducto de las políticas capitalistas neoliberales aplicadas en estos años, empujan los niveles de violencia, delincuencia y criminalidad.

Se queja el autor del editorial, que ahora hasta los mareros salen a protestar para exigir mejor trato en las cárceles, lo cual le parece inaudito. Obviamente nunca a conocido las tragedias que ocurren en esos campos de concentración, llamados cárceles, que crearon los ARENEROS, donde, por poner un ejemplo, a una de las familiares de uno de los reclusos le probocaron un aborto cuando en el cateo que les realizan, poniéndola de cuclillas la violaron introduciéndole los dedos en la vagina... provocando el triste final de esa pequeña criatura... ¿tuvo justicia esa madre? No, porque a los ARENEROS nunca les ha interesado ni fortalecer, ni muchos crear un sistema de justicia eficiente y eficaz.

Es interesante que ahora hay incluso movimientos sociales de derecha que están increpando al gobierno para que cedan ante sus exigencias, como MOCILYD, lo cual de por si no es malo, lo criticable es que estos movimientos no están exigiendo que se responda por sus derechos, si no que quieren seguir manteniendo los privilegios que tuvieron durante tantos años, además de contribuir a la política de desestabilización de ARENA.

Ahora el editorialista pide que no permitamos a los funcionarios (de todos los bandos) banalizar la problemática de la seguridad, cuando para su partido, todo el problema de la violencia y la ola criminal que azota al país desde hace más de 3 lustros, se reduce en todas sus expresiones a las maras... ¡por favor! si éstas exigencias las hubiera hecho con anterioridad, entonces tal vez se hubiera respondido prontamente ante el desorden.

Es a ARENA a quien hay que exigirle seriedad, que ceda de una vez para elegir un fiscal independiente, y que asuma su responsabilidad en los actos de corrupción de sus diversos funcionarios comenzando por Saca.

Ojala fuera Cristiani el que se pusiera en huelga un par de días, tal vez así podríamos elegir un Fiscal General para nuestra República.

viernes, 21 de agosto de 2009

Unidad de las Izquierdas: Posibilidad de Continuar en el Gobierno

Lo más común al hablar de la izquierda es que en principio hay que hablar de "izquierdas". El problema que esto genera es la dispersión en las posiciones y objetivos políticos, lo que en consecuencia termina en la debilidad en conjunto del movimiento.

¿Es válido hablar de izquierdas? si, encuanto cada quién tiene una posición, un pensamiento o idología, distinto en mayor o menor grado de los demás. El objetivo aqui no es listarlas, pero si lo es el plantear la necesidad de la unidad de las mismas, sobre todo en estos momentos históricos, cuando se ha alcanzado la alternancia política en el Poder Ejecutivo de nuestro país, que si bien no es todo lo revolucionario que algunos quisieramos, también hay que poner los pies en la tierra y tener claro que la lucha contra los obstáculos que enfrenta este primer gobierno de alternancia no son fáciles, y el apoyo que necesita de todos nosotros, para convertirse en alternativa, es más que necesario en estos momentos.

El camino para la unidad debe partir de la determinación de la propia identidad.

Debemos comenzar por delimitar a la izquierda a aun punto común, propongo este: Negar que el capitalismo en cualquiera de sus formas sea la opción que permita el desarrollo de la humanidad, por tanto, es o será de izquierda aquel que no crea en el capitalismo.

Definido esto lo segundo es plantearnos objetivos claros y concisos:
  1. Estado político regido por el sistema de la Democracia Participativa.
  2. Estado que participa en la actividad y regulación de la economía para: 1) Garantizar la correcta distribución de la riqueza y 2) Crear y mantener políticas de protección, conservación y sustentabilidad de los recursos naturales.
  3. Educación con equidad de género, promotora de valores éticos universales y de altos niveles de exigencia académica.
  4. Respeto a la diversidad cultural en todas sus formas y expresiones.
  5. Construcción de una sociedad solidaria, respetuosa, generosa, responsable y pacífica.
  6. Desarrollo de una alta actividad cultural, académica y técnico-científica.
  7. Búsqueda de la integración centroamerica, latinoamericana y mundial.
  8. Priorizar a la humanidad por sobre el capital y no al contrario.
  9. Priorizar el derecho colectivo por sobre el individual.
  10. Mantener una constante autoevaluación y autocrítica para dar paso al movimiento, permitiendo la flexibilidad, ajuste o cambio de las diversas políticas y/o métodos que se utilicen.

Estas ideas son para motivar la discusión al rededor del camino que como país debemos tomar. La posibilidad de desarrollo social y económico inicia por saber donde estamos parados y de donde es que venimos; tenemos la oportunidad de corregir los errores del pasado, pero también tenemos la obligación de luchar contra los obstáculos que tenemos frente a nosotros.

Las expectativas que se generaron al lograr la alternancia en el Órgano Ejecutivo son muy grandes, tanto que difícilmente podrán ser cumplidas en este primer gobierno.

¿Qué hacer entonces desde las distintas posiciones de Izquierda? Debemos tomar 2 caminos, el primero es que independientemente de todo, hay que lograr visibilizar las políticas que aplica el gobierno y que están dando resultados positivos, y al mismo tiempo visibilizar el boicot que está sufriendo por parte de la derecha corrupta y recalcitrante del país.

En segundo lugar no debemos dejar de ser exigentes con la reivindicación de las necesidades de los y las más pobres, es necesario empujar hasta donde sea posible por lograr que los cambios se dén, de una u otra forma, pero al mismo tiempo tenemos que tener la sabiduría, la tolerancia y la paciencia para comprender que en algún punto tenemos que ser flexibles y saber que los cambios que requiere el país no se lograrán en estos primeros 5 años, es un proceso a largo plazo y debemos tener como meta primordial mantenernos en el gobierno, habrá que hacer todavía muchos sacrificios, pero debemos seguir adelante.

Tengamos siempre en mente que estamos luchando contra la estructura del crimen organizado que construyo ARENA, contra el narco-estado que dejó incrustado en las diversas instituciones del estado; contra el imperialismo de los Estados Unidos que trata de mantenerse a flote a costa de la libertad y el derecho a la autodeterminación de los pueblos.

El objetivo último ahora debe ser enfocarnos en que no podemos perder las siguientes elecciones, debemos luchar por ir construyendo la base social que permita dar el paso hacia la Democracia Participativa, para eso el poder popular, el poder de la sociedad organizada debe superar al poder de los partidos políticos.

Seamos visionarios/as pero sobretodo astutos/as, la crisis social es la mejor arma con la que cuenta la derecha para retornar al poder, pues la usa para deslegitimar las capacidades y las políticas del nuevo gobierno. Unámonos en una sola voz para desenmascarar a los políticos y luchar contra los capitalistas que sólo quieren conservar sus privilegios, NO PERDAMOS DE VISTA QUIÉN ES EL ENEMIGO AL QUE HAY QUE VENCER.

No le sigamos el juego a la derecha, tenemos la oportunidad de buscar alternativas que protejan los derechos de las y los ciudadanos. Las opciones de movimiento del nuevo gobierno son muy limitadas, no lo arrinconemos más; busquemos salidas que si bien implican un sacrificio ahora, despúes sentarán las bases para la reinvidicación de nuestros derechos, para la búsqueda de justicia y para la construcción de una Nación donde se viva el Estado de Derecho en paz y equidad social.

jueves, 20 de agosto de 2009

Democracia Socialista en El Salvador

El socialismo como sistema político-económico-social en continuo y vigente desarrollo, sigue siendo la opción frente a la desnaturalización (deshumanización) de la humanidad, que ha generado el capitalismo a lo largo de su historia y que nos ha conducido a la actual crisis de valores, desequilibrio en el desarrollo económico, guerras, depredación medio ambiental, crisis alimentaria, y de salud.

En este contexto, frente a la necesidad propia del ser humano por alcanzar el potencial máximo de su naturaleza creadora, es necesario cambiar este sistema que permite, promueve y privilegia la acaparación y concentración de los recursos naturales y la riqueza que se produce gracias al trabajo de hombres y mujeres.

El Capitalismo se forja en contravalores y por su naturaleza intrínsecamente egoísta, busca por todos los medios mantener su poder hegemónico sobre los pueblos, impidiendo de este modo el desarrollo equitativo de los seres humanos; y donde por el contrario, lo que aumenta es la contradicción entre los derechos universales de la humanidad y el estatus de una clase económicamente poderosa y políticamente dominante que considera que su derecho es tener y mantener sus privilegios por sobre los demás.

Bajo este panorama es necesario el desarrollo y aplicación de un sistema político, económico y social que privilegie la justicia, potencie la solidaridad y distribuya equitativamente la riqueza que hombres y mujeres producen al trabajar. Donde además, se persiga el equilibrio entre las necesidades sociales y la disponibilidad de los recursos naturales de la tierra, manteniendo así la sustentabilidad de los mismos.

¿Por qué la Democracia no ha cumplido con las expectativas de desarrollo que implican sus principios teóricos? Porque en la realidad práctica, desde el capitalismo y la Democracia Representativa, el poder lo ejerce un grupo de personas en los que se delega la potestad de decisión, no es el pueblo en su totalidad quien ejerce el poder. Bajo la premisa formal de la Democracia Representativa, se esconde en el discurso ideológico, la concentración del poder en las pocas manos de la oligarquía que no deja espacio para la participación de los y las ciudadanas en la toma de las grandes decisiones de nuestro Estado-Nación.

Ahora, desde el Socialismo, perseguimos la construcción de la Democracia Participativa como medio para que el pueblo ejerza realmente su soberanía, es por eso que planteamos aquí la Democracia Socialista. Que se suma al esfuerzo del Socialismo del Siglo XXI, pero desde la perspectiva, condiciones y necesidades de la realidad del pueblo Salvadoreño. En tal sentido presentamos, para su discusión, 3 ideas básicas cuyo fin es ser un aporte para la construcción del Sistema Socialista Salvadoreño.

Organización Social: Vanguardia de la Lucha Política.

Es necesaria la consolidación de la organización del movimiento popular y la articulación con otros sectores para ir constituyendo al sujeto histórico que pueda incidir en el curso de la historia de nuestro país, e instituya una hegemonía desde los intereses del pueblo en todos los ámbitos de la sociedad. La creación de espacios de amplia participación para el análisis de la realidad, la construcción de pensamiento crítico y prácticas políticas alternativas, serán los medios que fortalezcan al movimiento social.

Es una exigencia histórica profundizar y ampliar la organización en todo el país, en sus diferentes expresiones sociales y territoriales. Promocionar la participación ciudadana, individual y colectiva, en las diferentes estructuras del Estado tanto a nivel nacional como local, para que en el ejercicio de su poder, se construya la Democracia Participativa. Y motivar la movilización social de la población ante situaciones que les aquejan, sean estas sectoriales y/ o territoriales: locales y/o nacionales; articulando las dinámicas micro con las macro.

El enfoque histórico de que sea un partido político la vanguardia del movimiento revolucionario y además sustento teórico de la acción política ya no cabe, esta postura mantiene en su génesis la concentración del poder en unas pocas manos o cabezas que disponen arbitrariamente del criterio de “idoneidad” para filtrar tanto a miembros como a ideas. Criterio que es excluyente y contrario a la visión de respeto a la diversidad e inclusión que busca el socialismo. Es a través de la organización social, articulando las complejas necesidades de los múltiples actores, sobre la base de principios éticos universales, como pueden alcanzarse los consensos necesarios para plantear objetivos y metas de nación que potencien el desarrollo social, económico y cultural de manera equilibrada, justa y solidaria.

Libertad.

La libertad es ante todo, una responsabilidad social, en tanto que acción individual, afecta directamente a los miembros de una comunidad. Ésta se origina a partir de una conciencia, una situación y una condición histórica, social, psicológica y espiritual, que se construye dentro del marco socioeconómico, político y cultural en el que el hombre y la mujer nacen, crecen y se desenvuelven, situaciones que si bien no les determinan, les condicionan en sus relaciones sociales.

No es un derecho de la naturaleza individual del ser humano, lo propio de la naturaleza humana es el libre albedrío, pero la libertad, como acción, es una responsabilidad que se construye o destruye; que existe únicamente dentro de una sociedad.

Ahora bien, la autoconciencia de la situación de encierro, esclavitud, sometimiento, etc. (experiencia que vive el ser humano solo dentro de una sociedad “civilizada”) es la condición necesaria para que, el que está sometido aspire a la libertad, pero para alcanzarla debe tener los medios y saber que herramientas son las que necesita para conquistarla.

Algunos de estos medios y herramientas principian por el fortalecimiento de la familia como institución, el acceso a la educación, al conocimiento, el fomento de la investigación científica y sobre todo privilegiar los valores humanos positivos. Esto es lo que permitirá el desarrollo y construcción de una nueva sociedad verdaderamente libre. Educación, conocimiento e investigación permiten incrementar la capacidad de interpretación, a través de la cual puede alcanzarse la compresión de la realidad para posteriormente lograr su transformación; fomentar los valores humanos positivos guía esa transformación hacia el bien común, el fortalecimiento de la familia promoverá el sentido de pertenencia, solidaridad e identidad, al tiempo que eleva el valor de la autoestima y facilita la integración social.

Es por todo eso que el Estado debe garantizar: la protección de los derechos de la familia, y una educación tanto integral como especializada, que fortalezca y potencie el espíritu de servicio, humildad y generosidad, valores que ennoblecen al ser humano; que permita tanto a hombres como mujeres tener en sus manos las diversas opciones que garanticen el máximo desarrollo posible de sus facultades individuales en aras de alcanzar el mayor grado de libertad posible, entendiéndola, no como la acción individual e individualista (propia del capitalismo) que la considera como el derecho a la acumulación, concentración y acaparamiento de la riqueza material producto del que hacer humano (que se traduce en la explotación del y la pobre), sino por el contrario, concientes de que nuestra libertad tiene ante todo una construcción social, que nos convierte en seres interdependientes y por tanto el bienestar y felicidad del ser humano esta en directa intradependencia y correlación con el bienestar de la comunidad.

No existe la libertad individual sino únicamente dentro de una libertad social. Para que la primera sea un derecho universal, debe ser primero una responsabilidad común a todos los hombres y mujeres, no como es hoy en día para el capitalismo, un privilegio del que dispone una clase económicamente poderosa y políticamente dominante, para la cual la máxima expresión de la libertad es el derecho a comerciar, en lo que el neoliberalismo llama falazmente “libre mercado” (al que impulsó con políticas neoliberales, que a partir de esta crisis económica global han demostrado ser el mayor error del capitalismo). Donde es “más” libre el que más riqueza material tenga, sacrificando para ello la libertad y la riqueza de los demás; porque en el capitalismo la lucha no es social, es individual, es egoísta, utilitarista, mezquina y ruin, donde la postura maquiavelista del “fin justifica los medios” se expresa en toda su dimensión, pues para que unos/as tengan más y puedan disfrutar del privilegio de la libertad, es necesario que otros/as tengan menos para poder explotar sus necesidades y someterlos/as a sus intereses, los intereses del mercado, intereses oligárquicos e imperialistas.

Para crear nuevas condiciones de libertad es necesaria una visión solidaria y comprometida con aquellos que no tienen posibilidades de desarrollo y por lo cual permanecen en un estado de sometimiento, sobre todo frente a la ignorancia de su propia condición.

La libertad no es un derecho individual, ni un privilegio, es una responsabilidad que se construye en comunidad y frente a la cual debemos responder con nuestras acciones y por nuestras acciones. Por lo tanto nos debe obligar a actuar cordial y equilibradamente en y con la realidad humana diaria, ya que gracias a esta libertad, tenemos la capacidad de destruir o construir un mundo donde cada hombre y cada mujer puedan vivir en armonía con la naturaleza, con dignidad, respeto, solidaridad y justicia social. Pero sobre todo, donde el desarrollo y crecimiento económico sea un medio para alcanzar la felicidad y no un fin que más que acercarnos, nos aleja de ella.

Estado y Poder.

El Estado debe ser promotor y protector de una sociedad que en su forma de gobernarse se rija por la Democracia Participativa, que para definirla con sencillez diremos que es un “modelo político que facilita a los ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse de tal modo que puedan ejercer una influencia directa en las decisiones públicas. En la actualidad se manifiesta usualmente por medio de referendos o plebiscitos que los representantes elaboran para consultar a la ciudadanía o por medio de iniciativas de consulta que los ciudadanos presentan a los representantes.” [1]; con métodos y principios de transparencia, horizontalidad, autonomía, equidad, inclusión, cooperación y solidaridad, con la convicción de que se debe “democratizar” la democracia en todas las esferas de la vida social, política, económica y cultural. Debemos construir un Estado que se esfuerce por fortalecer la identidad salvadoreña, promoviendo la cultura de los pueblos originarios y rescatando la historia de las luchas de resistencia, revolucionarias y de emancipación ante el colonialismo y neocolonialismo.

Donde, en el desarrollo de un sistema económico y social, tengan cabida distintas formas de generación de la riqueza, que garantice una distribución justa y equitativa, promoviendo relaciones sociales humanizantes, incluyentes, no dominantes, equitativas entre mujeres y hombres. En el cual el crecimiento económico permita la sustentabilidad, integrándose a las dinámicas de la madre naturaleza y que no la afecte negativamente; que proteja y promueva el rescate de la biodiversidad, pensando en las generaciones futuras.

Un Estado que defiende la soberanía y autodeterminación de la Nación, pero a la vez, participe en la integración Centroamericana y Latinoamericana, en los movimientos por un nuevo mundo mas humano. Y en el cual los medios de comunicación, masivos y alternativos, estén al servicio del desarrollo de las personas mediante la promoción de la identidad nacional y la participación ciudadana, al tiempo que promueve la tolerancia y respeto por los demás pueblos de nuestro mundo.

Esto quiere decir, abandonar el régimen de la Democracia Representativa, pues bajo este sistema el pueblo delega su voluntad de decisión a un grupo de personas que en teoría le representa, pero que en la práctica vela, o por intereses partidarios o por los intereses de la oligarquía. La representatividad socava la voluntad popular del pueblo, por eso debe sustituirse por el régimen de Democracia Participativa, donde los mecanismos de decisión no se reducen a la representatividad lograda a través de los partidos políticos que al final no responden a los intereses del pueblo.

Para ello es necesario, tener y ejercer el “poder”, en al ámbito político, económico, social y cultural, en sus diversas facetas: como capacidad, facultad, fuerza y vehículo de la acción transformadora. Es imperativo, a través y mediante lo organización social, construir ese poder popular que permita en primera instancia, dominar al poder político, ocupando los cargos públicos donde se tomen las decisiones transcendentales de la Nación, pues en la medida en que el pueblo organizado se pronuncie, exija y participe en las diversas instituciones para que cumplan con las funciones constitucionalmente asignadas se fortalece y encamina la construcción de un verdadero Estado de Derecho cuya base sea una Democracia Participativa que potencie progresivamente y al mismo tiempo el Estado Socialista Salvadoreño.