martes, 29 de junio de 2010

El Gobierno Mauricio Funes – FMLN / Construcción de Ciudadanía Crítica y Activa

Frente a la tragedia nacional que estamos viviendo, el incremento en el salvajismo y la crueldad de la criminalidad, cuyas últimas víctimas murieron en un hecho tan brutal y atroz que ha causado un grito de indignación, repudio y cansancio en todo el país, deseamos sumar como movimiento social, nuestras voces a aquellas que exigen un verdadero cambio en las políticas gubernamentales para enfrentar todos estos graves problemas.


En este sentido, advertimos con profunda preocupación que la visión del Gobierno, frente al problema de la inseguridad pública no va más allá de la derecha, en el sentido de considerar a las maras o pandillas como los principales responsables de tanta violencia y criminalidad, sin valorar, aludir o apuntar al crimen organizado y la narco-actividad, acciones criminales que se mueven en la corrupción de un sector de las altas esferas del poder político y económico y que se sirven de las maras para sus crímenes. Por el contrario la visión sigue siendo criminalizar a la juventud y a la pobreza.


Además, si el Presidente Funes y su gabinete de seguridad han catalogado este aberrante hecho de “terrorista” debemos entender entonces, que puesto que un acto terrorista es un acto político, ellos presumen de la existencia en la sociedad de grupos opositores al gobierno dedicados a la desestabilización del país, con el ánimo de hacer fracasar su gestión y la del FMLN, tratando de crear en la opinión de la sociedad la idea de que este gobierno es incapaz de dar solución a estos graves problemas, pero ante esta presunción tampoco vemos una línea encaminada ni a confirmar ni a enfrentar este hecho y por el contrario, puesto que sus fuerzas se están abocando al combate de las maras o pandillas, nos parece que hay una terrible miopía en la percepción, interpretación y tratamiento del problema.


Retomar y recurrir fundamentalmente a los planes mano dura, aún cuando sea con distinto nombre, para enfrentar la violencia criminal esta comprobado que no es efectivo. Las funciones que ahora está tomando el ejército al interior de los centros penales puede incrementar la violencia delincuencial e impulsar proyectos de ley que criminalicen la pertenencia a las maras o pandillas puede incrementar la violencia social. Debe cambiarse la visión fetichista de soluciones militares, represivas y estigmatizadoras impulsadas por los capitalistas y su Plan Mérida. Es necesaria la reevaluación de las funciones del Estado para lograr una solución integral que sea en beneficio de toda la población y se recupere la seguridad social.


Las prioridades inmediatas en el país son la seguridad, la economía y la prevención de los desastres causados por nuestra vulnerabilidad socio-ambiental ante las fuerzas climáticas y geológicas de la naturaleza; puesto que estas generan grandes pérdidas humanas y económicas que obstruyen o atrasan el desarrollo; pero mientras no quitemos del centro de la sociedad al comercio y al mercado y pongamos al ser humano, hombres y mujeres, no podremos encontrar soluciones a largo plazo, pues estos problemas son estructurales, y su raíz está, como bien lo decía Monseñor Romero, en la absolutización de la riqueza y la propiedad privada. Si queremos cambiar verdaderamente nuestra sociedad, decía él, “debemos cambiar de raíz el sistema”. Por tanto abandonar el sistema económico actual es imperativo. El Presidente Funes lo ha declarado públicamente “fallido a nivel mundial” pero sigue el mismo modelo neoliberal, pero ahora según él, aplicándolo como en la India y China, pero el Capitalismo es un sistema generador de pobreza, de exclusión, de contra valores, destrucción y deshumanización.


Por desgracia el primer año del Gobierno de Mauricio Funes – FMLN ha dejado claro para la población en general, que los cambios no se darán como se esperaban. Serán como lo dijo el Presidente: “seguros, con estabilidad, sin ruptura del sistema económico y jurídico del país, en consecuencia, no habrán cambios profundos de raíz.


Es por todo esto que hacemos un fuerte llamado a toda la población, haya votado o no por el cambio, para que en estos momentos de profunda indignación, cansancio y repudio a la violencia, en primer lugar no se deje llevar por la ira y los deseos de venganza, la violencia solo generará más violencia. En segundo lugar, para que se mantenga en una actitud crítica y activa frente al gobierno, los partidos opositores y las políticas de represión y persecución contra la juventud y la pobreza y el protagonismo que esta teniendo el ejército en la vida nacional, pues son muy peligrosas para la estabilidad democrática del país.